Por Sandra Caquías Cruz
SANTA ISABEL – Los preparativos para el paso de la -al momento- tormenta tropical Fiona se realizaban sin pausa en la escuela Pedro Meléndez, en la comunidad Playita Cortada, donde trataban de convertir un salón de clases en un área de dormitorio.
Un grupo de empleadas del municipio organizaba poco más de media docena de catres que ubicaría en el salón.
Mientras, a la entrada del plantel, dos empleadas de la empresa privada que adminitra los residenciales públicos de ese pueblo, organizaban mesas y listados en los que estarían registrando las personas que lleguen al lugar para pasar lo que acarra la tempestad.
El alcalde Rafael ‘Billy’ Burgos Santiago dijo que las comunidades de mayor preocupación son Playita Cortada, Jauca y el barrio Velázquez.
“Estamos trabajando duro para atender cualquier tipo de situación”, indicó mientras visitaba la escuela como parte de un recorrido que hacía por los lugares que se convertirían en refugio.
El Alcalde no precisó la cifra de dinero destinado para atender esta emergencia, pero señaló que «si tenemos que usar el dinero que tenemos lo vamos a hacer». El ayuntamiento tiene aproxiamdamnet $50,000 para atender emergencias de este tipo.
Burgos insistió en que al llegar al Gobierno encontró que nadie les vende a crédito por lo que deben pagar inmediatemente para adquirir la mercancia.
Indicó que, en Santa Isabel, específicamente en el sector Peñuelas, hay personas que viven con un toldo como techo, esto desde que pasó el huracán María. Indicó que, precisamente hoy, tenía empleados de Obras Públicas municipales trabajando en esa residencia. “Hoy estamos poniéndole un toldo a una casa en el barrio Peñuelas”, dijo.
¿Por qué eso no se ha resuelto? «Hay muchos fondos que no han comenzado a llegar”, respondió. “Necesitamos un poquito más de ayuda”, dijo.
Indicó que tiene identificadas las personas encamadas de ese costero pueblo para poderlas llevar a un refugio o llevarle cualquier atención, en el caso de que lo soliciten.
Burgos Santiago aseguró que por primera vez los santaisabelinos no se quedarían sin servicio de agua potable porque lograron conseguir cinco generadores con los que estarían energizando las bombas en el caso de que falle la electricidad.
Resaltó que al igual que en otros municipios, le preocupaba que los ciudadanos esperarán la proximidad a un evento atmosférico para exponer a orillas de las calles los escombros, aumentando las funciones que tienen esos empleados en momentos de emergencia. “Vamos a recogerlos mientras el tiempo nos permita, pero eso no deja de preocuparme”, comentó.
Los escombros que se sacan podrían convertirse en proyectiles y afectar vecinos o obstruir el paso del agua en momentos en que la precipitación es extrema, recalcó al igual que otros alcaldes del sur que han salido a realizar llamados a la ciudadanía para que no saquen los escombros a horas del paso de una tormenta u huracán.