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Milly Borrero: “El arte de la aguja une mis manos con el corazón”

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Por Nydia Bauzá

redaccion@esnoticiapr.com

 

PEÑUELAS – A los 13 años su madre, doña Alicia Fraticelli Rivera, le enseñó el arte de bordar y calar a mano. Pero, las habilidades con la aguja de Milagros (Milly) Borrero Fraticelli habían quedado en suspenso hasta 2010, año en que su madre enfermó y ella retoma la delicada labor artesanal.

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Su mamá, como muchas otras costureras artesanales puertorriqueñas, hacía labores a domicilio para los talleres de la industria de la aguja que se establecieron en Puerto Rico a mediados del siglo 20.

“Me gustaba coser y como no me podía comprar una máquina de coser mi mamá me enseñó a bordar. Yo lo hacía, pero lo dejé y cuando ella enfermó me dio pena y lo retomé… Ella muere en noviembre de 2010, me dio una depresión fuerte, empiezo a buscar libros y clases para seguir estudiando en Ponce”, narró a Es Noticia, la reconocida maestra artesana especializada en el tejido de soles.

Es natural de Guayanilla y en 1965, cuando cursaba el primer grado, su familia se estableció en el barrio Tallaboa Encarnación, en Peñuelas, pueblo donde reside.

¿Que simbolizan los soles para Milly, la artesana?

“Es algo místico, que trasciende el espíritu. Te sientas a trabajar y cuando terminas sientes una satisfacción que sobrepasa las emociones, deseas seguir trabajando, seguir creando a través de la aguja y los hilos. Es un arte que une mis manos con el corazón”, describió la maestra.

Explicó que una pieza en soles es un encaje fino de agujas en el que los hilos se colocan de forma ordenada y tiene un patrón de alfileres formando una urdimbre radial. Sobre esta se surce, se anuda y se crean rayos que salen del centro creando la fantasía visual de un sol.

Su maestra y mentora de soles fue Mayra Grana Raffucci, con quien comenzó a tomar talleres en Ponce. La maestra, a su vez, había aprendido la técnica en Moca.

Milly continuó perfeccionando la técnica de tejido en soles en libros, algunos en alemán. “Como no se alemán miraba las figuras y como yo sabía los diferentes zurcidos, miraba las páginas y las imitaba hasta que me quedaban. Aprendí también a hacer fagoting, otra labor de aguja con puntadas de bordado decorativas”, cuenta.

En 2012 ya había sido certificada como artesana de soles, una categoría especial. “Hago todas las labores de aguja que se conocen en Puerto Rico, frivolité y mundillo”, sostuvo la guayanillense, quien desde 2016 imparte cursos en la Escuela Artesanal del Departamento de Desarrollo Económico y Comercio (DDEC), en un local en Plaza del Caribe, en Ponce.

En 2020 la pandemia alteró los cursos y entonces, Milly, comenzó a hacer un video tutorial en un canal en YouTube, que se viralizó. La artesana tiene actualmente cientos de seguidores en América Latina, Europa, Croacia, Canadá, Estados Unidos, Japón y Australia, entre otros países. El canal tiene alrededor de 2,600 visualizaciones.

La artesana sostuvo que el tejido de soles tiene sus orígenes en las Islas Canarias. “Allá se llama roseta y aquí soles. En la Península Ibérica también le llaman soles y a nivel internacional se conoce como encaje de Tenerife”, detalla y agrega que aquí también se desarrolló una modalidad de la roseta canaria que se conoce como “el sol de Naranjito”.

Contó que la técnica particular desarrollada en Naranjito data de finales del siglo 19 y principios del siglo 20 y consiste en pasar el hilo por detrás de dos alfileres en vez de uno como se hace en el encaje de Tenerife (rosetas). Dijo que en 1980, Francisca Hernández, una artesana naranjiteña se estableció en el área metropolitana de San Juan y en ese momento “hubo un boom de encajes” en piezas de vestir.

“Doña Francisca se percata que en Naranjito los soles se hacían de otra manera y por recomendación suya, el Instituto de Cultura Puertorriqueña (ICP), designa la modalidad ‘Soles de Naranjito’”, sostuvo para agregar que a partir de entonces, el ICP y la División de Extensión de la Universidad de Puerto Rico comenzaron a ofrecer clases de este tipo de labor de aguja en distintos pueblos de la isla.

La exposición

Este año Milly unió sus trabajos en soles con los de sus estudiantes en una exposición colectiva denominada “Colectivo Soles del Caribe”. La muestra incluye piezas de la artesana y sus alumnos (24 mujeres y un varón)- que se exhiben en el Museo Casa de la Historia Ramón Rivera Bonyé, en Peñuelas.

Los estudiantes echaron a volar su imaginación y la variada muestra multicolor incluye soles en tapetes, en zapatitos, para cubrir la ropita de un nacimiento, en forma de árboles de Navidad, de ángeles, brujas, otros mezclados con piezas de madera y algunos, en marcalibros con formas de la monoestrellada. La exhibición incluye una emotiva pieza en yeso que simboliza la historia de recuperación de una paciente de cáncer de seno.

La exposición abrió el 7 de diciembre de 2024 y se extiende hasta el 15 de enero de 2025. Por el período navideño, el museo estará cerrado del 20 de diciembre al 6 de enero.
En 2022, Milly Borrero Fraticelli recibió el premio Maestra Artesana de Soles del Año y ese año, representó a Puerto Rico en la Feria de Artesanía de Castilla de la Mancha, en España.

Está casada con Eudilio Ramírez Lugo, es madre de Eduardo Javier, Alissa Juinek y Kevin Javier y es abuela de tres. Graduada de bachillerato en ciencia y química de la Pontificia Universidad Católica y retirada de la empresa privada.

Su mayor deseo es que el arte de trabajar soles se dé a conocer en todos los pueblos de Puerto Rico para que pase a las futuras generaciones.

“Mi deseo es que la confección del sol, que es parte de nuestro folclore, se extienda a todo Puerto Rico y que no solamente seamos las mujeres las que hagamos soles, sino que también haya hombres como en las Islas Canarias, donde también los hombres hacen soles”, expresó la destacada maestra artesana.