Por Sandra Caquías Cruz
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La administración municipal de Guayanilla y un grupo de voluntarios se dispone a celebrar, este 8 de marzo, Día de la Mujer, un acto de agradecimiento al exalcalde de ese pueblo, Edgardo Arlequín Vélez, convicto por acoso sexual a una empleada.
La actividad será en la plaza pública de Guayanilla y es un homenaje, según la invitación que difundió el municipio, porque Arlequín Vélez «dejó una huella imborrable en nuestra comunidad como Director de la Banda Escolar de Guayanilla».
«Acompáñanos en esta gran noche para honrar su legado por su dedicación a la música y la educación de nuestros jóvenes. Además, pedimos a todos que mantengamos al Prof. Arlequín en sus oraciones», escribió la administración municipal en su convocatoria para que acudan a la actividad.
El alcalde novoprogresista, Raul Rivera, insistió en que él no tiene nada que ver con la actividad y «simplemente le prestamos la plaza y el sonido».
Explicó que la actividad la organiza la directora de la Banda y un grupo de exalumnos. «No es una actividad municipal, es privada», dijo cuando se le insistió en que era la página del municipio la que estaba invitando a la gente en las redes sociales.
«No tengo nada que ver con la actividad… no corre con fondos públicos», respondió antes de comprometerse a buscar el post para corroborar la información porque él no era quien colocaba los mensajes en las redes del ayuntamiento.
Arlequín Vélez, quien según ha trascendido enfrenta problemas de salud, salió de la poltrona municipal con acusaciones por acoso sexual a una empleada del municipio y violación a la Ley de Ética al utilizar las facultades de su cargo para obtener un beneficio ilegal.
El exalcalde, del Partido Popular Democrático, estuvo en prisión con una sentencia a cuatro años de cárcel. No obstante, pasó a reclusión domiciliaria mientras se tramitaba el proceso de apelación en su caso.
Empero, el exgobernador Alejandro García Padilla, en los últimos días de su mandato, lo indultó.
García Padilla fue increpado por la determinación tras ser interpretada como ofensa a la mujer y expresó:
“Una persona que diga eso en realidad tiene una visión demasiado estrecha de lo que es la justicia y la rehabilitación. Esa persona prefiere que los contribuyentes gasten entre $40,000 y $50,000 al año por mantener a esta persona, que en vez de estar preso en la cárcel, estará en su casa pagándose él mismo la reclusión, pagando el agua, la luz y la comida que consume”.