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El machismo en Harvey Weinstein y Donald Trump

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Por Héctor Luis Coca Soto
Psicólogo Licenciado

Se pudiera pensar en ocasiones que somos una sociedad resistente a modificar sus actitudes maltratantes hacia los niños y las mujeres. Aún con el tema de la violencia familiar y la violencia doméstica en discusión a diario, la cantidad de caso de abusos de estas dos poblaciones, leídas en la prensa, nos hace pensar: ¿por qué?

En Estados Unidos al realizar encuestas sobre el tema, hasta el noventa y seis porciento de los encuestados contesta tener la creencia de que los niños deben ser golpeados para que se desarrollen saludables y sean personas “con vergüenza” en el futuro.

Al presidente Donald Trump se le escuchó decir en una grabación que se filtró a la prensa, previo a su elección al puesto que ocupa, que él agarraba a las mujeres por la vagina y estas terminaban cediendo.

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Trump hablaba con el ex animador del programa “E-enterteinment”, Billy Bush, quien fue retirado del programa de inmediato. No parece haber hecho daño alguno a la candidatura del hoy presidente, en aquel momento.

Una resistencia equivalente parecen hacer los grupos pro la igualdad entre hombres y mujeres que cuentan actualmente con militantes de una nueva generación que no se tragan lo que dice la autoridad sin cuestionar, diferente a como éramos nosotros o peor aún nuestros padres.

Es quizás por esta razón que luego de años y gracias a la tecnología surgen grupos de mujeres señalando sin temor al convicto comediante Bill Cosby, así como al magnate del cine Harvey Weinstein.

Este último recibirá en las próximas horas o días un veredicto por asalto y violación a mujeres en la industria del cine.

Estas creencias erróneas (de hombres y mujeres) sobre la incapacidad de las mujeres para dirigir sus vidas, debilidad, fragilidad, menor intelecto, menor deseo sexual que el varón y existencia para servir al hombre, parecen ser más antiguas que los tiempos de la biblia.

Es importante recordar que el machismo se define como la idea de supremacía del hombre sobre la mujer, niños y ancianos.

El machismo es una manera de pensar y no es una conducta de hombres excusivamente. Hombres y mujeres pueden ser machistas, y como es una conducta de prejuicio en general, se mide por los niveles de intensidad en su manifestación.

Muchos historiadores señalan las creencias religiosas como responsables de que la propaganda supremacista se haya mantenido por siglos.

En muchas religiones el hombre es la “cabeza de la familia” y se espera de la mujer un rol de asistencia y sumisión, no protagónico.

Hasta el mil novecientos noventa y tres en EU había ley viva que indicaba que el hombre podía disciplinar a su su esposa siempre que “no se excediera”.

En Puerto Rico parece haber sido la llegada de los españoles y su interpretación de lo que era cristianismo, el comienzo. En aquel tiempo el hombre era dueño de mujer, hijos, casa y hasta el perro, y por ley podía disciplinarlos según entendiera.

Hasta el mil novecientos setenta y ocho en la isla la custodia de un niño se ofrecía solo al hombre, y hasta hace unos años el primer apellido que llevaba un niño era exclusivamente el del padre.

Aún cuando la ley cambió todavía en Puerto Rico es inconcebible que un niño que tiene presente a su padre lleve el apellido de su madre primero.

El problema con el maltrato a las mujeres puede estar en que ni siquiera se reconoce cuando sucede. La persona promedio no tiene idea del prejuicio machista diario.

Tanto es así que entre figuras públicas recientemente surge una situación de trío amoroso. La animadora es expulsada, los hombres permanecieron en sus programas.

En mi opinión que Weinstein salga culpable o inocente no hará diferencia pues ya se puso el pié en la puerta.

Se ha señalado a varios poderosos y esta crisis necesaria hará más fácil procesar otras y mantener viva la conciencia de este mal social, así como motivar para educar más en el tema de la violencia machista, violencia familiar, y abuso en general. Así es que surge el principio del fin de un problema social.