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Maddy Rivera: mujer que no se dejó amilanar

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Por Sara R. Marrero Cabán

redaccion@esnoticiapr.com

 

PONCE – El repertorio de la actriz ponceña Maddy Rivera ha generado mucho más que elogios desde las gradas teatrales. Su empeño y talento artístico ha creado de ella un modelo idóneo a seguir.

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“Yo siempre siento un respaldo muy hermoso, no solo de mujeres de mi entorno, también de mujeres que están en diferentes puntos del país, fuera del país. ¿Cómo lo veo? Por el apoyo que me dan, por las palabras que me dan cuando me escriben. Eso, en cierta manera, me hace entender que sí me están apoyando otras mujeres y que ven un ejemplo a seguir, cosa que me llena de orgullo y de satisfacción, porque es lo que quiero: inspirar a otras”, resaltó la también maestra de teatro en entrevista con Es Noticia.

Su carrera exitosa no está exenta de escollos. A pesar de sus logros, muchos han dudado de sus aptitudes.

“Es una carrera que siempre, para la mujer, es más cuesta arriba. No importa el ‘standing’ que pueda tener esa actriz, siempre cuesta un poco más”, aseguró.

Uno de las vivencias que más la marcó sucedió en la ciudad de Miami en el estado norteamericano de Florida. Fue allí que, contratada para dirigir un microteatro, su habilidad fue cuestionada por otro actor puertorriqueño, el cual prefirió mantener en el anonimato. Al conocer de su posición, el actor se acercó a centímetros del rostro y rehusó actuar bajo su dirección.

“Me preguntó que quién era yo, que de dónde yo había salido y que quién yo me creía para estar dirigiéndolo a él que tenía una carrera de casi 25 años. Fue un momento tremendo para mí, porque él desató todo ese ego, toda esa furia contra mí y sacó todo ese coraje, esa cosa de machismo -si se le puede llamar de alguna manera- y, frente a todos, él dijo ‘no voy a estar aquí si ella va a estar aquí porque yo no sé quién es ella, no sé de dónde salió y quién caramba es Maddy Rivera’”, reseñó.

La experiencia no detuvo a Rivera. Por lo contrario, la inspiró y, poco después, el mismo actor palpó su talento como espectador de una obra en la ciudad estadounidense.

“Tuvo que verme actuar, tuvo que (escuchar) los aplausos y tuvo que ver que yo no me quité, que yo me quedé y continué luchando y haciendo lo que yo amo”, narró.

Esta misma motivación y bravura que posé Rivera lo ha sembrado en sus contemporáneas féminas y estudiantes.

“Los hijos que tengo son la familia extendida que me dio la vida. Los hijos que he tenido son mis estudiantes de teatro, mis estudiantes que conocí de chiquito que son madres o padres que me dicen ‘te amo’ que me dicen ‘fuiste la mejor maestra de teatro que tuve’. Me emociono mucho, porque ellos son esa semilla que uno siembra y ves germinar”, comentó con la voz entrecortada.

Además de Miami, Rivera se ha presentado frente a públicos en la ciudad de Nueva York y en países latinoamericanos, como Argentina y la República Dominicana.

“Nos han dicho cómo vivir a las mujeres. A través de la historia ha sido así. Es hora que nosotros entendamos lo poderosa que somos, que nosotras venimos a este mundo equipadas para enfrentar toda adversidad. Tenemos que revestirnos nuevamente y entender que nosotras podemos, que nosotras somos maravillosas, que nosotras podemos lograr nuestros sueños, que podemos ser las mejores madres aún sin haber tenido hijos, que podemos ser la mejor versión de nosotros cada día. Nosotros valemos muchísimo y tenemos que amarnos nosotras primero. Si te amas a ti primero y te valoras, el mundo te va a ver diferente y te vas a sentir diferente. El amor lo cambia todo, el amor propio. Amarnos a nosotras primero va a transformar nuestro entorno”, afirmó.