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A punto de perder la casa deciden vender velas

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PONCE – Randy Ortiz Flores y Carol Rodríguez Rodríguez estaban a punto de perder su casa y se vieron obligados a entregar los carros. Solo tenían $178 y dos niños pequeños. El desempleo tocó a su puerta y enfrentaron una crisis económica y familiar.

“Nos sentamos para ver qué podíamos hacer. Teníamos la opción de guardar los $178 que nos quedaban o de invertirlos. Decidimos invertir”, contó Randy.

Los jóvenes pagaron un curso de confección de velas y compraron algunos materiales para producir. “Empezamos a vender las velas en la iglesia, entre la familia y algunas amistades y poco a poco empezamos a sacar unos chavitos. Después, como al mes, nos invitaron a vender en un bazar y nos fue muy bien”, dijo Carol.

Las velas comenzaron a tener muy buena acogida y la pareja recibía invitaciones para exponer sus productos en diferentes partes de la Isla. “Era bien gracioso porque nos habíamos comprado un carrito, un chustro, pero no se podía sacar de Ponce porque nos dejaba a pie. Así es que, algunas personas nos ayudaron en el proceso. A veces nos prestaban algún carro o nos daban pon para que pudiésemos llegar”, relató el ponceño.

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Según la empresaria, las velas que trabajaban, en un principio, eran velas muy sencillas. “Poco a poco comenzamos a elaborar nuestra marca. Dirigimos nuestros productos a una línea eco amigable y con un logo y una envoltura que se adaptan a cualquier decoración”, explicó.

“Todos nuestros productos son libres de parafina o de cualquier derivado de petróleo. Además, solo utilizamos aceites certificados como clean scents, lo que significa que no contienen químicos que al inhalar puedan convertirse en sustancias dañinas para la salud”, aclaró Randy.

La pareja de emprendedores, en su compromiso con la conservación del ambiente, han impulsado una campaña de reciclaje de frascos. “Los clientes pueden traer los envases vacíos de nuestras velas y se les aplica un descuento en su nueva compra. De esta forma aportamos nuestro granito”, indicó el joven.

Blessed Scents lleva dos años en el mercado y trabajan más de 35 fragancias de velas. Además, producen aceites esenciales, difusores, aromatizadores para autos y rociadores para textiles.

“Cuando uno tiene una idea, uno tiene que atreverse y lo más importante es que, aunque nadie crea en el proyecto, uno si tiene que creer. Hay que creer en Dios y confiar con todas las fuerzas”, dijo Randy y explicó que el nombre de Blessed Scents es una forma de expresar su fe.

La compañía cuenta con una tienda en línea desde donde trabajan y envían órdenes para diferentes partes de Puerto Rico y Estados Unidos. Además, hace unas semanas inauguraron un local en el pueblo de Juana Díaz, donde además de vender sus fragancias, mercadean otros productos y marcas locales.

“Blessed Scents se ha convertido en un negocio próspero para nuestra familia, pero lo más importante es que nos ha permitido vivir experiencias únicas. Hemos conocido mucha gente, hemos sido bendecidos y, a la vez, hemos bendecido a otros”, indicó el joven.

Randy y Carol son ejemplo de persistencia, esperanza y fe. Gente como tú que nos ayudan a creer que de las mayores crisis pueden surgir las más grandiosas oportunidades.