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Accidentada la entrada de Luma Energy

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Por José A. Sánchez Fournier

redaccion@esnoticiapr.com

 

PONCE – El sistema de generación y distribución eléctrica de Puerto Rico es un inmenso organismo que pocos comprenden y muchos menos doman.

La reciente privatización parcial de esta utilidad vital desde el saque ha causado gran incomodidad en el público, que ve como la calidad del servicio se va al suelo mientras que el costo por este se dispara a la estratósfera.

La zona sur de la isla tiene un rol particularmente importante en este debate ya que, aunque la inmensa mayoría del consumo eléctrico nacional es en la zona metropolitana, la mayor parte de la energía se produce en el sur.

En esa área están la planta generatriz Costa Sur (Guayanilla), y el complejo en la Central Aguirre (Salinas), hogar de la Central Termoeléctrica y la Central de Ciclo Combinado.

“El sistema eléctrico de Puerto Rico, su sistema de carga está en la zona metropolitana. Allí está quizás como el 70% del consumo de energía eléctrica de toda la isla. La generación está mayormente en la zona sur.

Cerca del 80% de la electricidad se produce en la costa sur”, explicó el ingeniero Carlos Reyes, gerente general de EcoEléctrica, la cual le provee electricidad a la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE).

Reyes explicó la razón por la que el corazón de la producción energética en Puerto Rico se encuentra lejos del área metro.

“Cuando se desarrollan esas plantas necesitan tener un puerto para importar el combustible, necesitas acceso a la red de transmisión. Necesitas que la zona no sea densamente poblada, necesitas agua disponible. Por eso resulta común que (las plantas) estén alejadas de los centros urbanos,” relató el ingeniero Reyes en una entrevista telefónica con Es Noticia.

“La consecuencia de eso es que tú vas a depender de la red de transmisión, las líneas eléctricas, para llevar esa energía que produces en tus plantas hasta los centros donde la consumen”, señaló.

“Esa red de transmisión es tan importante como las plantas. Hay que mantener las plantas tanto como mantener las líneas. Y los eventos que hemos tenido en Puerto Rico donde la gente se queja porque siempre se apaga el norte es muchas veces porque las líneas están faltas de mantenimiento y no son confiables”, dijo Reyes.

Sin embargo, la entrada de Luma como la nueva empresa encargada de manejar la administración y distribución de la electricidad en Puerto Rico trajo consigo un recorte inmenso en la empleomanía de la AEE y un cambio drástico en el mantenimiento de los equipos y el tendido eléctrico.

“Antes de Luma, la Autoridad funcionaba mucho mejor y no habían apagones voluntarios, no habían tantas averías, tanta falta de servicio. Para entonces éramos casi 4,000 compañeros (empleados de la AEE) y todavía faltaba gente. Imagínate ahora con los 2,500 ó 2,800 que Luma tiene, y que no tienen la experiencia de nosotros”, explicó Julio Seda, quien laboró por 26 años en la AEE, antes de que el primero de junio fuera trasladado a la Autoridad de Edificios Públicos por órdenes de Luma. La empresa buscaba achicar nómina para maximizar ganancias, algo que no era prioridad bajo la AEE.

La disminución drástica en el recurso humano para mantener y reparar las facilidades de la AEE complicó la situación reciente y llegó al punto que Luma anunció apagones programados para evitar la sobrecarga del sistema.

“Los empleados de la Autoridad nunca estuvimos de acuerdo con el contrato de Luma y lo dijimos desde el principio. Avisamos que esto iba a pasar. El contrato de Luma nunca fue beneficioso para el pueblo. Y lo que dijimos antes hoy es una realidad. Luma no tiene los empleados ni el conocimiento para darle servicio al sistema”, expresó Seda.

Para Ángel Figueroa Jaramillo, presidente de la Unión de Trabajadores de la Industria Eléctrica y Riego (UTIER), el mal servicio a las plantas y el tendido eléctrico podrían ser una decisión de la gerencia de Luma para apresurar la eventual privatización de toda la AEE, no solo el área encargada de la administración y distribución de electricidad.

“La actitud temeraria de no dar mantenimiento sabiendo las repercusiones y conociendo como está la operación lo dice todo. Ellos dicen que están implementando la política pública. Pero cuando tú preguntas cuál es la nueva política pública, ellos dicen que es poner la producción en manos privadas. Y para tú poder viabilizar esa política pública tienes que fallar en tu responsabilidad laboral y no dar mantenimiento a las facilidades”, expresó Figueroa Jaramillo, quien ofreció como prueba varias averías recientes que incidieron en la decisión de imponer los apagones programados.

“La unidad seis (de Costa Azul) está averiada por la mala operación de Luma. Es una avería grande a una unidad que se le metieron decenas de millones (de dólares) en una reparación hace un año y ahora está fuera por una avería en una línea 115 causada por Luma”, sostuvo el líder obrero. “La unidad cinco también está fuera por una avería causada por la falta de mantenimiento”, abundó.

Ciega la AEE ante Luma

Seda entiende que información a fondo sobre la condición de las plantas generatrices no fluye abiertamente en parte por el control que la administradora privada mantiene en facilidades previamente operadas por la AEE.

“Luma tiene el centro de control energético en Monacillo. Allí está la oficina donde tienen todos los monitores del sistema, de toda la isla. Allí se ve cuál es la demanda de electricidad en todos los pueblos, las áreas. Esos son los ojos del sistema eléctrico y ahora lo maneja Luma”, dijo Seda.

“Si el gobierno quería fiscalizar a Luma, tenía que dejar esa oficina en manos de la Autoridad. Según el contrato, a Luma lo que le tocaba era la transmisión y la distribución. Pero desde allí ellos ven y controlan la producción, todo el sistema de Puerto Rico sin que la Autoridad sepa lo que está sucediendo”afirmó.

Cambio irreparable

La médula del problema que encara el sistema operacional podría en parte ser causado por la incompatibilidad de una gerencia enfocada en hacer dinero al timón de una agencia diseñada para tener el servicio al público como su razón de ser.

“Antes, la función de la Autoridad era dar servicio, no ganar dinero. Para nosotros, si le faltaba electricidad a una casa allá en el campo era nuestra responsabilidad trabajar para darle el servicio a esas personas. Hubo mal manejo (de la AEE) y le sacaban fondos como se da en cualquier país del mundo. Pero ahora Luma es una compañía privada que solo está pensando en sus chavos”, dijo Seda.

“Trabajar en la Autoridad para mí fue un orgullo. Era una compañía que le daba servicio al público. Te sentías bien porque cuando había un huracán o una emergencia, tú salías de tu casa a la hora que fuera a darle servicio a la gente. Mi hermano, uno trabajaba pa’l pueblo. Yo aquí no me hago rico”, sentenció.