Por Redacción Es Noticia
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El representante José ‘Che’ Pérez Cordero solicitó a la gobernadora Wanda Vázquez Garced la reapertura, con estrictas medidas de salud y seguridad, de los negocios conocidos como ‘chinchorros’ y que fueron cerrados como medida para evitar la propagacion del coronavirus.
“La región Oeste de nuestra Isla es una de las más afectadas por las medidas impuestas para combatir el COVID-19. Nuestra economía está en peligro por eso solicitamos a la Gobernadora que enmiende la actual Orden Ejecutiva para que se permita las operaciones de estos comercios, los chinchorros», indicó el legislador.
Explicó que la reapertura tienen que hacerla bajo estrictos protocolos de salud, incluyendo planes de trabajo desarrollados por expertos como los epidemiólogos y con el apoyo de los gobiernos municipales.
“Estos negocios llevan meses cerrados y muchos de estos no aguantan más y se verán forzados a cerrar operaciones permanentemente, dejando sin trabajo a mucha gente y eso no se puede permitir. Los que operan estos pequeños negocios son padres de familia cuyo único sostén son los mismos. Igual, los municipios reciben ingresos de las operaciones de los chinchorros, ingresos que son necesarios ahora más que nunca para lidiar con la pandemia y sus efectos», indicó.
La inmensa mayoría de estos chinchorros, según describió, son establecimientos al aire libre, que pueden operar bajo las normas de otras empresas similares y bajo continua regulación de agencias como el Departamento de Salud.
De esta manera, el legislador se unió al pedido que hiciera hace unas semanas el alcalde de Coamo, Juan Carlos García Padilla, quien también solicitó que se abrieran los chinchorros.
La economía de Puerto Rico se ha contraído desde el inicio de la pandemia del COVID-19 en marzo. Según datos de la Junta de Planificación, en los primeros siete meses del año las ventas estuvieron 11.4% por debajo de las del mismo periodo del año pasado. Los comercios pequeños acumulan un descenso en ventas de 21.7 por ciento, informó.
Un chinchorro es operado usualmente por una sola familia que depende del ingreso que genera el establecimiento. Aunque no hay estadísticas exactas, según señaló, los chinchorros en la zona Oeste emplean entre 3 a 5 mil personas directa e indirectamente.