Por Redacción Es Noticia
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PONCE – William Gilberto Schmidt Guzmán siempre soñó con un concepto de barbería diferente y atractivo. Tomando en cuenta que en los diferentes salones en los que trabajó había una pequeña cafetera en alguna esquina, para hacer café para los empleados y clientes, William visualizaba una barbería que incluyera un coffee shop.
“Empecé a recortar desde bien nene. Nunca olvido que un día le pedí a mami que me llevara a la barbería porque quería recortarme, pero no se podía; también había que recortar a mis hermanos y ella no tenía para todos. Desde ese momento decidí que iba a aprender y que algún día sería barbero”, relató William, quien comenzó practicando con sus hermanos y amigos.
Cuando el joven cumplió sus 18 años, estudió el oficio de la barbería y trabajó en varios salones en Ponce. Pero en su búsqueda de echar hacia adelante y asegurar un mejor futuro para él y su familia se mudó a la Florida con solo 40 dólares en el bolsillo.
“Yo me fui sin nada, pero con muchas ganas de progresar. Estuve 10 años allá y no se me hizo fácil, pero eché pa’ lante”, contó el barbero.
Luego de varias situaciones a nivel personal y tras rencontrarse con Olga Torres Matías, quien fuera su novia en noveno grado, William regresó a la Isla, pero esta vez decidido a cumplir sus planes, pero el sueño del joven no se hizo realidad de la noche a la mañana.
Tras encontrar el local, tuvieron que rehacerlo para que se adaptara al concepto que tenían planificado, pero el factor económico era uno de los mayores retos que tenían que enfrentar para trabajar con la reconstrucción del local y los documentos y permisos requeridos.
“Esto ha sido día a día, peso a peso. Yo todos los días le doy gracias a Dios por la esposa que me regaló; una mujer que está ahí para mí. Juntos, con mucho sacrificio, hemos logrado todo esto”, expresó el propietario de Handmade Barbers and Coffee Shop, localizado en la calle Villa de Ponce.
William logró convertir su sueño en realidad. Los clientes de su barbería cuentan con un coffee shop atendido por un barista y donde, además de un recorte y un buen café pueden obtener la experiencia de un espacio seguro, relajado y acogedor.
“Es bien gratificante llegar todos los días y ver todo lo que hemos logrado. Ha habido muchas lágrimas en el proceso, pero cuando veo hasta dónde hemos llegado, solo puedo dar gracias a Dios. Me emociona la reacción de los clientes cuando nos visitan por primera vez y me encanta que hagan de Handmade Barbers and Coffee Shop su lugar favorito; un espacio para arreglarse, para tomarse un café, para relajarse o simplemente hablar un rato”, expresó el barbero.
Dada a la excelente acogida de su negocio, William planifica abrir varias franquicias alrededor de la Isla.