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Cada vez son menos los salubristas para atender a los sureños

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Por Sara R. Marrero Cabán

redaccion@esnoticiapr.com

 

PONCE – La pandemia del COVID-19 proliferada alrededor del mundo puso en evidencia la escasez y lo mal pagos que están muchos de los profesionales de la salud.

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Y si a eso se suma el que la complejidad de ese trabajo ha provocado que muchos de estos profesionales, algunos en la primera fila de la batalla, se contagiaran y algunos fallecieran a causa de la enfermedad, la situación se complica tanto para ellos como para la ciudadanía que contaba con ellos para mantenerse saludable.

Los efectos de la pandemia a largo plazo nadie los conoce, pero los profesionales de la medicina anticipan secuelas y mayores atenciones médicas para los sobrevivientes del coronavirus.

¿Con qué recursos cuenta el Sur para atender la salud de alrededor de medio millón de habitantes, muchos de ellos adultos mayores y la mayoría en niveles de pobreza?

Motivados en estudiar

El desempeño de los enfermeros y médicos durante la pandemia se ha convertido en la inspiración de un sinnúmero de estudiantes, quienes serán los profesionales del futuro.

José A. Torres Ruiz, doctor y rector del Ponce Health Sciences University (PHSU), indicó que en esa institución la matrícula ha incrementado sustancialmente.

Por ejemplo, los estudiantes cursando la maestría en salud pública aumentaron en un 54% y del doctorado en 40%.

“El interés por la medicina y por las carreras aliadas por la salud siempre ha estado presente y, más recientemente, si usted me pregunta ahora en este último año durante la pandemia el porciento de estudiantes solicitando ha aumentado significativamente”, destacó.

Explicó que a eso le llaman “el ‘Fauci Effect’ y esto viene por la pandemia y las intervenciones del doctor Anthony Fauci (que) ha despertado un interés en los estudiantes en ingresar en las ciencias aliadas a la salud y contribuir a la salud del pueblo”.

Para los enfermeros egresados, este entusiasmo no difiere. La doctora Rosalina Rivera, directora del Departamento de Enfermería del recinto ponceño de la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico (PUCPR), precisó que estos mayormente se quedan laborando en el área Sur.

Conforme a los datos recopilados por la universidad sureña del año académico 2018 a 2019, los programas de bachillerato en ciencias de enfermería (BSN) y maestría en ciencias de enfermería (MSN) cuentan con una tasa de empleabilidad de 84% y 83%, respectivamente. De estos, la aprobación del examen de reválida oscila entre el 88% a 100%.

Rosalina Rivera (Tony Zayas)

“En realidad, se quedan bastante en el Sur. Las estadísticas que he recopilado en los últimos 10 años me indican que sí se están quedando en los hospitales del área Sur”, ratificó la doctora quien ha ocupado el puesto por los últimos ocho años.

Estudian y emigran

Con la oferta y demanda de los Estados Unidos y las múltiples emergencias que han aquejado el diario vivir, muchos profesionales de la salud del área Sur han migrado a los Estados Unidos.

Los médicos más necesitados en la zona son neurólogos y neurocirujanos, según Armando Wiscovitch, director médico del Hospital Metropolitano Dr. Pila.

Explicó que son sumamente necesarios los médicos de Sala de Emergencias, ya que la cantidad de estos profesionales ha mermado paulatinamente con el pasar de los años.

“La situación en cuanto a ‘shortage’ de médicos, realmente de sala de emergencias, (se debe a) la parte económica. Allá (en los Estados Unidos) les ofrecen mucho más de lo que nosotros podamos realmente pagarles a estos médicos”, comentó el galeno.

Armando Wiscovitch (Tony Zayas)

Las estadísticas más recientes del Mercado Laboral del Departamento de Trabajo y Recursos Humanos (DTRH), las que datan del 2018, revelan que existían 1,880 técnicos de emergencias médicas y paramédicos a nivel isla que contaban con un salario anual promedio de $22,030. Mientras, había 210 conductores y asistentes de ambulancia en Puerto Rico con un salario anual promedio de $17,870.

Entretanto, la Administración de Recursos y Servicios de Salud (HRSA, en inglés) especificó que la odontología es la mayor necesidad de 13 de los 15 municipios que componen la Región de Ponce del Departamento de Salud.

El HRSA es una agencia del Departamento de Salud Federal que busca mejorar la atención médica a personas que están geográficamente aisladas y económica o médicamente vulnerables.

Las áreas de escasez de profesionales de la salud se determinan mediante un acuerdo de cooperación entre la HRSA con las Oficinas Estatales de Atención Primaria (PCO, en inglés). Las PCO evalúan las necesidades y determinan las áreas de escasez de profesionales de la salud.

La HRSA califica las áreas de escasez utilizando una escala que fluctúa entre 0 a 25 para atención primaria y salud mental. La escala para la salud dental es de 0 a 26. Las puntuaciones más altas indican una mayor necesidad.

En su última revisión, la cual data de agosto de 2019, los pueblos de Adjuntas, Arroyo, Coamo, Guánica, Guayama, Jayuya, Juana Díaz, Patillas, Peñuelas, Ponce, Santa Isabel, Villalba y Yauco recibieron una puntuación de 25 en odontología.

Por otro lado, HRSA señaló que en Guayanilla la mayor necesidad era en cuidado primario, al recibir una puntuación de 17 tras su última actualización el 19 de enero de 2017.

Por su parte, lo más necesario para Salinas es salud mental al obtener una puntuación de 20 en octubre de 2018.

Pierden 138 médicos al año

“Sabemos que, cuando son médicos ya, ha habido un escape de gente a Estados Unidos. Se sabe que, desde el 2010 hasta ahora, se pierden aproximadamente 138 galenos por año. Esta tendencia es antes del huracán María, antes de la pandemia. Ese escape de cerebro al exterior refleja esas necesidades que el pueblo está confrontando”, manifestó a este medio José A. Torres Ruiz, doctor y rector del Ponce Health Sciences University (PHSU).

“Nosotros, la forma que educamos a los estudiantes de medicina, es orientarlos y, desde el primer año que están, ya están interaccionando en aspectos comunitarios para que entiendan cuál es la necesidad nuestra local, cuáles son las enfermedades más prevalentes. Entonces, tratamos de establecer la conciencia temprano con esa idea de que se sientan comprometidos con las necesidades actuales de Puerto Rico. Pero, eso nada más no puede ser. Sabemos eso. El médico sale normalmente con unas deudas grandes, algunos tienen familias que mantener sus familias, la parte económica es sumamente importante”, indicó.

“A groso modo, eso tiene que ser un compromiso académico, pero también de gobierno y de la industria”, agregó Torres Ruiz, quien ha fungido en distintas plazas de la PHSU por los pasados 32 años.

Trabajo de alto riesgo

Adicional a los estragos del huracán María que pasó por Puerto Rico en el 2017 y los sismos que se registraron en la zona Sur desde principios de año, los salubristas sureños enfrentan una lucha en contra del SARS-CoV-2, virus causante de la enfermedad COVID-19.

En Puerto Rico, más de 117 médicos y 800 enfermeras se habían contagiado desde la llegada de la pandemia a la isla hasta noviembre, recién reveló el presidente del Colegio de Médicos Cirujanos de Puerto Rico, Víctor Ramos.

“Seguimos en la batalla. Enfermeros se han enfermado y médicos se han enfermado (algunos de COVID-19)”, expresó el director médico del Hospital Metropolitano Dr. Pila.

La directora del Departamento de Enfermería de la PUCPR aseguró que muchos de sus alumnos prestan sus servicios en unidades especiales de COVID-19. No obstante, lo han logrado sin contagiarse.

“Todavía nos falta mucho por aprender, porque todavía nada es definitivo. Sin embargo, ha habido buena acogida de parte del profesional de enfermería en cuanto a aprender a manejar estos pacientes (de coronavirus). Yo creo que la vocación y todo esto que les hemos enseñado a cuidar con compasión y centrado en el paciente yo creo que ha calado mucho en ellos, porque nuestros egresados se distinguen en eso”, reiteró.

Mientras, Wiscovitch resaltó el desgaste físico y emocional que conlleva la carrera, tanto para los recién graduados como para los veteranos en el campo.

“Una de las cosas más importantes es que la psiquis del profesional y del no profesional también (se está) afectando mucho. Estas situaciones que hemos tenido…va haciendo un efecto negativo en el sistema de la persona, sea o no sea profesional… Llega el momento de cansancio, en el que realmente estamos agotados”, dijo el también integrante del Health Task Force of the South.