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Cientos de migrantes llegan a recoger las cosechas

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Por Sandra Caquías Cruz

redaccion@esnoticiapr.com

 

PONCE – Seis guatemaltecos se encontraron, por primera vez, en el aeropuerto de su país con un pasaporte, una visa de trabajo para ocho meses y dos boletos de avión con el destino final de Puerto Rico. Era mediados de septiembre de 2022.

La primera parada del grupo era el aeropuerto de Orlando, Florida, donde quedaron varados porque el huracán Fiona azotaba Puerto Rico. El agricultor jayuyano Roberto Atienza Figueroa, quien los esperaba en Puerto Rico, hizo gestiones y les pagó varios días de estadía en Orlando.

Dos de los seis hondureños desistieron y se quedaron en la Florida. Los otros cuatro tomaron vuelo y continuaron el viaje rumbo a Puerto Rico.

Atienza Figueroa había habilitado la que se convirtió en la vivienda del grupo de guatemaltecos durante los ocho meses que trabajarían en la Hacienda San Pedro, en el barrio Coabey, en Jayuya, donde además de café cultiva plátanos y cítricos.

Era la primera vez que este grupo de obreros agrícolas migraba para trabajar la agricultura en Puerto Rico, una gestión que Atienza Figueroa logró tras múltiples gestiones en busca de salvar su cosecha de café que tenía en unas 288 cuerdas, pero de las que solo cultiva una pequeña parte por falta de mano de obra agrícola.

Atienza Figueroa llegó a tener hasta más de 100 obreros en su finca. Ahora no llega a la veintena. En Puerto Rico apenas hay manos que quieran recoger café, coincidió un grupo de agricultores entrevistados por Es Noticia.

Las razones son diversas. Empezaron por la falta de un relevo generacional de obreros agrícolas hasta señalar el que las ayudas y beneficios que entrega el gobierno son mayores si no trabajan. Atienza Figueroa resaltó que una situación similar afecta al sector de la construcción y otras áreas del campo laboral.

Los dueños de fincas coincidieron en que tienen gran cantidad de tierras que no cultivan porque no tendrían quién las trabaje y recoja los frutos.

En cambio, los obreros guatemaltecos coincidieron en que están cobrando tres veces más a la paga que recibirían por esa labor en su país, donde tampoco consiguen trabajo, por lo que durante unos meses migran como obreros agrícolas y regresan a sus hogares por dos o tres meses a mejorar las condiciones de vida con el dinero que llevan.

No obstante, cuando regresan a su país, si consiguen empleo, trabajan recogiendo maíz o café.

El guatemalteco Mario Rodolfo Arévalo explicó que mientras está en Puerto Rico le depositan el dinero en el banco y lo envía a su familia. Precisó que tiene nueve hermanos a los que ayuda. También ayuda a sus padres.

Juan Antonio Ixtupe, guatemalteco de 51 años, explicó que mantiene a su esposa, los tres hijos y sus padres. Todos coinciden en que, con el dinero que gana en Puerto Rico, mantienen familias numerosas y en ella incluyen a sus padres, esposa, hijos y otros miembros.

Difícil el proceso para reclutar

La agricultora Iris Janette Rodríguez Hernández, presidenta del sector del café en la Asociación de Agricultores, no ha podido traer migrantes. Resaltó que ella y otras dos mujeres son las únicas que trabajan las 10 cuerdas que tiene en producción en Adjuntas.

Otras 58 cuerdas, según destacó, no las cultiva por falta de mano de obra. Explicó que lo más difícil para ellas es cuando recogen la cosecha de cacao o cargar los sacos de abonos. ¨Es difícil, pero lo hacemos¨, dijo antes de describir que se las tienen que ingeniar para la poda de los árboles de cacao, esto debido a la altura.

Expuso lo difícil que es reclutar migrantes. El proceso de traerlos toma varios meses. Los dueños de las fincas son los que pagan todos los gastos. A eso se suma el que deben cumplir con una serie de reglamentaciones del Departamento del Trabajo federal.

Entre los requisitos está, desde tenerles una vivienda con los servicios básicos y sin hacinamiento, hasta ayudarlos en casos de problemas de atención médica. También debe tenerle los enseres básicos de una vivienda, entre ellos, lavadora, estufa y calentador de agua.

Explicó que uno de los escollos que ha tenido es que en Adjuntas no encuentra una vivienda para alquiler que cumpla con los requisitos del Departamento del Trabajo. ¨Hay escuela que están vacías y que podían habilitar¨, indicó.

No obstante, ella sigue realizando gestiones para habilitar un lugar y poder traer un grupo de obreros migrantes dentro de unos meses. Eso le ayudaría a no perder otras cosechas, indicó.

Mientras, Atienza Figueroa describió esta cosecha de café como una ¨atípica¨ porque lo que no destruyó el huracán Fiona ahora tratan de salvarlo recogiéndolo, pero no hay manos para esa labor.

Situación se repite en otros sectores

La situación no solo afecta a los agricultores de la montaña. El agricultor Jaime Acevedo Quiles, en cuya finca -en Guánica- cultiva cebolla, tomate, papaya y otros vegetales, explicó que está a la espera, dentro de dos semanas, un grupo de obreros migrantes de Colombia.

¨Llevamos tres o cuatro años con problemas serios para reclutar¨, indicó Acevedo Quiles, quien estimó en poco más de una docena los obreros que necesita para su finca. Explicó que una de las situaciones que están enfrentando es que los obreros no completan las 40 horas semanales e incluso faltan hasta en el día de cobro.

¿A qué atribuye la situación? “Es la forma en que se han dado las ayudas. Las ayudas no están mal, es la forma en que se dan lo que no motiva a trabajar. Tengo empleados que hace unos años llegaron a recibir $14,000 y hasta $15,000 en créditos por los niños¨, respondió.

Acevedo Quiles dijo que no tiene más opción que importar mano de obra porque tendría que reducir a un 40% o 50% las tierras que están cultivando. ¨Cada vez hay menos empleados agrícolas en Puerto Rico¨, comentó.

¨Lo hemos hecho antes y si lo repetimos es porque fue beneficioso¨, dijo sobre el reclutamiento de obreros migrantes.

Acevedo Quiles recomienda a otros compañeros agricultores que exploren esa alternativa. ¨A todo el que me pregunta le digo, inténtalo. Son gente que viene a trabajar¨, dijo.

Uno de los problemas que están enfrentando, destacó, es que los obreros agrícolas, la inmensa mayoría, son jóvenes que no trabajan si se le prohíbe tener un celular en las manos, audífonos puestos y cuando uno va a hablar con ellos están viendo vídeos y si le dicen que no puede trabajar con el celular, prefieren no trabajar. ¨Eso es un problema de producción¨, dijo Acevedo Quiles.

Un grupo de guatemaltecos se encuentra en las montañas de Jayuya recogiendo café. Mientras, esta semana llegan colombianos a una finca en Guánica.