Por Sara R. Marrero Cabán
VILLALBA– La amenaza de deslizamientos repentinos es constante en los pueblos de la zona montañosa. Las lluvias de la temporada pico de huracanes agravan esta realidad y poca acción se ve del Gobierno central, aún cuando se trata de carreteras estatales.
El alcalde de Villalba, Luis Javier Hernández Ortiz, aseguró que lleva “varios meses” solicitando el recogido de un derrumbe de piedras en la carretera estatal PR-149, entre los kilómetros 59 y 58.9, carretera principal que conecta Juana Díaz y Villalba.
Las piedras que cayeron impactaron el muro de cemento en el área y lo agrietaron.
Hernández Ortiz dijo que aún espera una respuesta gubernamental para así evitar mayores peligros para los conductores.
En Coamo, la problemática se repite en las carreteras PR-14 y PR-155, por lo que cada lluvia amenaza con desprendimientos repentinos.
“Semanalmente hay desprendimientos, (ya sean) pequeñitos otros más grandes. Ahora con esta época de lluvia se acentúan más”, detalló el alcalde Juan Carlos García Padilla.
Por su parte, el alcalde de Adjuntas, José Hiram Soto, indicó que -aunque su municipio es altamente propenso de tener deslizamientos y derrumbes de piedras- no ha solicitado ayuda del Gobierno estatal por su habitual lentitud de respuesta.
“Voy a ser bien honesto. Yo he decidido hacer todo lo posible para corregirlo yo. No he hecho ni un acercamiento, porque el Gobierno estatal no tiene la capacidad de poder dar este tipo de servicio”, comentó al mencionar que también asumió el mantenimiento de las escuelas y carreteras estatales, y sufragó diesel y aceite hidráulico para las clases de maquinaria agrícola en la Escuela Residencial Agrícola José B. Barceló Oliver.
Uno de los deslizamientos más recientes ocurrió en las carreteras PR-123 y PR-135.
“No nos queda de otra también asumir esa responsabilidad”, manifestó.
Considerando estudio geológico
Las lluvias y los nidos de las iguanas de palo podrían ser las causas principales de los deslizamientos, explicó García Padilla.
El agua de lluvia provoca el socavamiento de tierra, mientras que las iguanas construyen túneles entre las piedras que facilitan su derrumbe.
Mientras, los alcaldes sureños han solicitado, o al menos considerado, contratar geólogos para una respuesta final que explique los derrumbes.
“Lo estoy considerado. Dentro de los proyectos que se suponen se desarrollen con fondos federales, algunos de ellos estoy considerando a un geólogo, porque lo que está sucediendo nos llama mucho la atención”, anticipó el alcalde adjunteño.
Uniéndose al reclamo, el alcalde peñolano Gregory Gonsález Souchet urgió que el Gobierno central tome cartas en el asunto y envíe geólogos que estudien el área para así evitar posibles accidentes futuras.
Especificó que la carretera PR-386 y el sector Cerro Cabro son áreas más vulnerables.
Gonsález Souchet no respondió a llamadas de Es Noticia para dar seguimiento al reclamo.
“Detener el deslizamiento de piedras es complicadísimo por el alto del talud. (Los deslizamientos) son habituales, pero bien peligrosas”, dijo García Padilla.
