Por Ana Delma Ramírez
Desde principio de este mes, el deporte colombiano y sus estructuras gubernamentales, están en la palestra pública debido al despojo de su sede para los Juegos Panamericanos 2027, que serían en Barranquilla.
El gobierno del presidente Gustavo Petro insiste en revertir la acción que tomó PANAM Sports (patrón de esos juegos) por no recibir en fecha determinada una cantidad millonaria de dinero como parte de una acción contra actual con Colombia.
El asunto abrió una álgida controversia nacional que ha pasado del campo deportivo al político.
Varios países de manera inmediata enfilaron sus cañones para “salvar” los Panamericanos.
Ha trascendido desde Brasil que la sede, aunque no se ha hecho público, está concedida y aseguran que los Panamericanos 2027 se presentarán en la ciudad de Asunción Paraguay.
Desde México surgen noticias que ese país sería descartado debido a que “no hay dinero para albergarlos”, cita la prensa mexicana.
Perú ofertó a su ciudad Lima (con experiencia en Juegos Panamericanos) la candidatura que tenía cierta ventaja y apoyo deportivo.
Sao Paulo, Brasil, también ha surgido en el panorama de pretender esa sede. Se menciona también a Ciudad de México que presentó la Olimpiada de 1968.
En lo que se define la sede, se hace público o continúan otras propuestas, la ministra de deportes de Colombia carga con la peor parte, está bajo escrutinio público e investigación de su propio gobierno.
La procuraduría abrió este pasado martes una investigación disciplinaria contra Astrid Rodríguez por la pérdida de la sede. Trascendió en un comunicado del Ministerio Público que será investigada por “presunta omisión de funciones provocando que PANAM Sports decidiera rescindir el contrato para los Juegos Panamericanos de Barranquilla”.
