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«El 9/11 me dejó mucho llanto», recuerda madre peñolana de una de las víctimas

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A 23 años hoy del ataque a las Torres Gemelas en Nueva York, las imágenes del terror se agolpan en la memoria de Milagros (Millie) Díaz Pérez.

Aquel 9/11 su hija Lourdes Jannette Galletti Díaz, de 33 años, se convertía en una de las víctimas fatales del atentado terrorista al World Trade Center.

 “El dolor está ahí día a día”, expresó Díaz Pérez, quien ha tomado cursos de sanación, de metafísica y se convirtió en maestra de Reiki para sobrellevar la inesperada pérdida.

“Este dolor termina cuando uno dé su cambio, cuando haga su transición, porque está ahí adentro, en el corazón”, sostuvo en entrevista telefónica con Es Noticia desde Fort Lauderdale, en Florida, donde se encuentra visitando a su hija menor y a otros miembros de su familia.

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Recordó que el 11 de septiembre de 2001, Lourdes Jannette, quien laboraba como secretaria ejecutiva en una compañía de inversionistas en el Piso 105 de la Torre Sur del World Trade Center planificaba venir de vacaciones a Puerto Rico, pero adelantó unos días el viaje para traer a la isla a su sobrino. “Mi hija vino a visitarme a Peñuelas, 19 días antes (del suceso). Ella se fue un sábado y el martes siguiente, fue el ataque terrorista”, recordó con voz ahogada la locutora y cosmetóloga, autora de varios libros, uno de ellos dedicado a su fenecida hija.

Díaz Pérez relató que el día antes del atentado habló por teléfono con Lourdes Jannette y que intentaron comunicarse por Facetime, pero su hija no logró conectar la cámara de la computadora para que pudieran verse por internet.

“Esas fueron las últimas palabras que tuve con ella, el día antes (de la tragedia). Cuando ella vino me trajo todas sus cosas, tenía un presentimiento porque el espíritu se va despidiendo poco a poco y la persona no lo sabe. Ella me trajo todos sus trajes de trabajar porque nosotras éramos del mismo size. Siempre recuerdo que mi hija menor le dijo: ‘Nena tú te vas a morir, que le trajiste toda la ropa a Mami’. En ese viaje ella hizo cosas que nunca había hecho, me arregló el portón de la casa que se había dañado y me decía: ‘Mami quiero que siempre te pintes los labios de rojo y siempre estés bien arregladita’”, rememoró con pesar.

“El sábado que se fue cuando la abracé sentí en mi corazón que nunca más la iba a ver. Me quedé llorando y todavía la lloro”, agregó Díaz Pérez, quien hoy irá con su hija Karine y su nieto Joseph a una capilla en Fort Lauderdale a rezarle y prenderle velas a Lourdes Jannette. “Hoy es un día solemne para nosotros”, sostuvo.

Natural de Peñuelas y criada en Nueva York, Millie Díaz, como se le conoce en el campo de la locución, pasó por un calvario en el proceso de recuperación del cuerpo de su hija. Siete meses después de la tragedia le hizo un entierro simbólico y posteriormente, le fueron entregadas pertenencias y algunos restos identificados por pruebas de ADN, que reposan en el Cementerio Municipal de Peñuelas.

La locutora narró que en sus visitas al 9/11Memorial en Manhattan, Nueva York, donde figura el nombre de Lourdes Janette junto al de las demás víctimas del atentado terrorista “se siente una energía fuerte, pero a la misma vez se siente paz”.

“Es como si por encima de todo el caos, de los recuerdos surgiera la paz. Yo he trabajado mucho conmigo, con mi ser para poder tener paz, para poder tener fortaleza y admitir todo eso. Siempre esas cosas tocan a uno, pero dentro de todo eso, tengo paz”, sostuvo la peñolana, quien actualmente reside en Guánica y también ha enfrentado la pérdida de su hijo mayor y de su progenitora.

“El 9/11 me dejó mucho llanto. Después fui perdiendo otros miembros de la familia, pero mi propia hija me ha llevado de la mano. Se que ella está en un lugar maravilloso. Mi hija y yo tenemos una conexión espiritual increíble, lo mismo que con Mami. Ambas cumplen aniversario hoy de haber hecho su viaje cósmico”, expresó.

En el atentado, que se atribuyó el grupo islámico Al Qaeda, cuatro aviones comerciales con pasajeros fueron desviados de sus rutas por secuestradores que estrellaron dos de las naves contra las dos torres del World Trade Center, otra nave contra el Pentágono, en Washington y una cuatra cayó en Pennsylvania.

Perdieron la vida unas tres mil personas la mayoría en las ahora desaparecidas Torres Gemelas (2,753) incluyendo policías, bomberos y personal de rescate que acudió al lugar para socorrer a las víctimas mientras los gigantescos edificios se desplomaban.