Por Sandra Caquías Cruz
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PONCE – El maestro de teatro retirado, Héctor Rodríguez Echevarría, se llevó el talento a su hogar donde lo combinó con el espíritu navideño transformando una parte de su vivienda en lo que bautizó como la ‘Villa Mágica de Navidad’.
Entrar a la residencia Uki y su hermana Velma es trasladarse a un lugar encantado con escenas navideñas que van desde el Pesebre con el Nacimiento de Jesús hasta una villa neoyorquina con nieve y Santa Claus, esto sin dejar de pasar por el tradicional árbol y la villa jengibre. Todo ambientado con luces, sonidos y olores.
La idea de una Villa Mágica de Navidad nació por el atractivo que les representa las pequeñas piezas de diferentes lugares que forran con nieve y venden con luces y personas en acción.
La estrella, el carrusel y hasta el teatro en la que presentan la obra El Cascanueces se entrelazan en esta Villa. Algunas de las presentaciones funcionan con electricidad y otras con baterías. Todas tienen luces, incluyendo las dos estaciones del tren. Las diversas estampas están sobre mesas de maderas, preparadas por Jorge Medina, quien les ayudó a diseñar las bases para la presentación y ocultar la cablería.
La fase final del montaje le tomó tres días, pero los preparativos llevan años, esto en la búsqueda y adquisición de las diversas presentaciones. Tanto la máquina de humo como la de nieve actúan independiente del resto de las piezas que integran la Villa.
Las piezas las adquirió en compras por correo y una que otra en establecimientos locales. El valor de esta obra no lo había estimado. «Para mi es como un regalo», describió.
