Por CyberNews
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Un gran jurado federal en el Distrito de Puerto Rico emitió una acusación formal contra cuatro oficiales de la Policía de Puerto Rico acusados de conspiración para cometer robo, conspiración para robar y convertir propiedad del gobierno, y robo y conversión de propiedad del gobierno, anunció el viernes, el fiscal federal W. Stephen Muldrow.
La acusación formal alega que a partir de fecha desconocida y hasta el 29 de diciembre de 2016, en el Distrito de Puerto Rico, los imputados:
- sargento Miguel Conde Vellón
- agente Luis Rodríguez García
- agente Carlos Boyrie Laboy
El grupo se ayudaron e instigaron mutuamente, conspiraron para cometer robo y extorsión, en el sentido de que los acusados acordaron, intentaron e ilegalmente tomaron dinero y propiedades de una fuente confidencial del gobierno, que los acusados creían que estaba involucrada en la venta de pirotecnia.
El 29 de diciembre de 2016, los imputados Conde Vellón, Rodríguez García y Boyrie Laboy, mientras actuaban en su calidad oficial como agentes de la Policía y portaban armas de fuego, realizaron un ingreso forzado no autorizado a una residencia, en el barrio Duque, en Naguabo, que creían que era el escondite utilizado por el supuesto vendedor ilegal de pirotecnia.
Los acusados registraron la residencia, localizaron y tomaron posesión de los siguientes elementos pirotécnicos:
- 2 cajas de fuegos artificiales que contienen cada una 40 piezas de fuegos artificiales genéricos.
- 2 cajas que contienen cada una 53 piezas de fuegos artificiales Thunder Max
- 1 caja que contiene 18 piezas de fuegos artificiales de Premiere FWK.
- $2.995 en moneda estadounidense
Propiedad que creían que eran producto de una actividad ilegal de la persona y su presencia, de una fuente confidencial sin autorización legal. De hecho, la pirotecnia y el dinero robados por los acusados eran propiedad de los Estados Unidos, con un valor combinado de más de $1,000.
El 15 de junio de 2017 o alrededor de esa fecha, los acusados, Conde-Vellón, Rodríguez-García, Boyrie-Laboy y agente Quermie Márquez-Rivera, mientras actuaban en su capacidad oficial como agentes de la Policía y portaban armas de fuego, realizaron una entrada forzada no autorizada a una residencia ubicada en la comunidad Calabazas Ward, en Yabucoa, que creían que era el escondite utilizado por el supuesto vendedor ilegal de equipo electrónico robado.
Los acusados registraron la residencia para localizar y robar dinero en efectivo y bienes pertenecientes al presunto vendedor ilegal de equipos electrónicos. Encontraron y robaron:
- 2 tabletas Samsung
- $6,350 en moneda estadounidense
El dinero creyeron que eran producto de una actividad ilegal de un informante confidencial sin autoridad legal. De hecho, el equipo electrónico y el dinero robados por los acusados eran propiedad de los Estados Unidos, con un valor combinado de más de $1,000.
En ambos casos, ninguno de los acusados obtuvo, o intentó obtener, una orden de registro para los lugares en los que ingresaron para robar propiedades y efectivo. Después de robar el dinero y las propiedades, ninguno de los cuatro imputados reportó el registro, los detalles de la detención ni la incautación de la cantidad total de dinero y propiedades a la Policía. Los acusados se dividieron entre ellos el producto de los robos.
La fiscal federal adjunta Marie Christine Amy está a cargo del procesamiento del caso. Si son declarados culpables, los acusados enfrentan una sentencia de hasta 20 años de prisión y hasta 15 años de prisión por otras violaciones de ley. Las acusaciones contienen solo cargos y no son evidencia de culpabilidad. Se presume que los acusados son inocentes hasta que se pruebe su culpabilidad.