Por CyberNews
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El Comité de Expertos y Asesores sobre Cambio Climático (CEACC) presentó este miércoles, 57 acciones para conservar, proteger y usar el agua con más eficiencia ante los diversos impactos que el cambio climático podría tener sobre la disponibilidad de este recurso en la Isla.
“El agua es un recurso vital para todas las formas de vida. Es un recurso móvil, limitado (espacial y temporalmente) y de usos múltiples (agricultura, turismo, industria, recreación, necesidades vitales e higiene personal, entre otros). Se considera un recurso renovable en calidad y cantidad. Sin embargo, la mala gestión y el cambio climático pueden reducir la cantidad disponible de agua en ciertas regiones”, expresó el organismo en una declaración conjunta presentada con motivo de celebrarse el Día Mundial del Agua el 22 de marzo.
El CEACC mencionó una serie de desafíos que ponen presión sobre los acuíferos, embalses y otra infraestructura asociada al agua. Ante dichos riesgos, recomendaron acciones para controlar la pérdida de agua, conservarla, captar y aprovechar el agua de lluvia, reutilizar las aguas usadas tratadas, proteger los acuíferos y manejar las sequías y el recurso agua. Asimismo, propusieron medidas para controlar la sedimentación e inundaciones, educar y facilitar la participación ciudadana. Otro curso de acción es revisar el marco legal vigente relacionado con el recurso agua para identificar si contienen las métricas incluidas en la Ley 33 del 2019, Ley de Mitigación, Adaptación y Resiliencia al Cambio Climático de Puerto Rico.
El CEACC citó datos de la Oficina de las Naciones Unidas para la Educación, Ciencia y Cultura que indican que Puerto Rico ocupa el escalafón número 135 de 182 jurisdicciones estudiadas a nivel mundial con respecto a la disponibilidad de agua dulce por persona. Asimismo, según el Banco Mundial, Puerto Rico es la segunda jurisdicción en América Latina con menos disponibilidad de agua dulce por persona, indicó el grupo.
“Además, es de conocimiento público que la capacidad de almacenamiento de la mayoría de los embalses está seriamente comprometida por la sedimentación. La destrucción de 144 millones de árboles por el huracán María (cuantificada por el Instituto Internacional de Dasonomía Tropical) empeoró la situación”, señalaron los expertos.
Entre los desafíos que inciden sobre la disponibilidad del agua, el CEACC mencionó la pérdida de hasta el 60% de este recurso tanto en el sistema de distribución de la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados (AAA) como en los canales de riego de la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE).
“La situación de los acuíferos es precaria”, advirtió el grupo. Señaló como ejemplo que el Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA) declaró formalmente que el Acuífero del Sur está en “estado crítico”. Esto significa que el acuífero se puede perder si no se toman medidas drásticas de protección. Por ello, el DRNA vedó la construcción de nuevos pozos y vedó aumentar la cantidad de agua que se extrae de cada pozo existente. No obstante, las medidas fueron insuficientes en Salinas, donde el DRNA estableció una veda a la construcción.
Otra manifestación del cambio climático que se registra en Puerto Rico es el aumento del nivel del mar. Esto provoca la intrusión de agua de mar a los acuíferos y reduce la disponibilidad del agua subterránea. También hace más critica la situación en el Acuífero del Sur si no se toman medidas de adaptación, advirtió el CEACC. La entrada de agua de mar amenaza además las plantas potabilizadoras que se suplen de los segmentos de ríos cercanos a la costa.
Igualmente, el aumento de la temperatura — que ha registrado niveles récords en la última década — aumenta la evapotranspiración; esto es la pérdida de agua en el subsuelo y la cantidad de agua en la superficie terrestre que se transfiere de vuelta a la atmósfera, incluyendo cuerpos de agua superficiales como los embalses. El CEACC añadió que el calor hace que las personas ingieran más agua para hidratarse; aumenta la demanda de agua para los sistemas de enfriamiento de hospitales, centros comerciales, edificios de oficinas y hoteles; y podría aumentar el consumo de agua en las centrales generatrices de la AEE para atender el aumento en la demanda de electricidad por el uso de abanicos y acondicionadores de aire.
Por otro lado, los expertos apuntaron a proyecciones de diversos organismos científicos que anticipan una reducción de la lluvia promedio en esta región. Entre ellos, el informe más reciente del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de las Naciones Unidas prevé que la lluvia podría disminuir hasta en un 20 por ciento en la región del Caribe. “Si se materializan estas proyecciones, la disponibilidad de agua en la isla se reducirá aún más. Una reducción de lluvia podría reflejarse en sequías más frecuentes y duraderas”, indicaron.
También se anticipan lluvias torrenciales que afectan la vida de muchas personas y ocasionan pérdidas económicas millonarias, dijo el CEACC. Las lluvias extremas aumentan los niveles de turbiedad, al punto que saturan las plantas potabilizadoras de la AAA y provocan la suspensión del suministro. Además, aumentan la erosión en las cuencas hidrográficas y llevan más sedimento a los embalses principales, lo que disminuye la capacidad de almacenaje de agua.
“Esto ya está sucediendo”, subrayó el CEACC. Los expertos y asesores añadieron que los eventos extremos de lluvia junto con la impermeabilización del terreno aumentan el riesgo de inundaciones urbanas y escorrentías. Esto causa que el sistema de drenaje pluvial también se llene de sedimento y pierda la capacidad para hacer esa función, indicó el grupo.