Por Redacción Es Noticia
El estigma es la etiqueta negativa que se pone sobre las personas y que les resulta muy difícil desprenderse de ella. Existen estigmas y prejuicios que rodean a los pacientes de salud mental, razón por la que no buscan servicios médicos ni ayuda para atender sus trastornos.
Las actitudes negativas, que pueden llevar a las personas a expresar comentarios negativos sobre la enfermedad mental o sobre algún tratamiento, son frecuentes. En ocasiones, evitan de manera sutil o no intencional el contacto con personas que consideran inestables o violentas por padecer alguna enfermedad mental.
“El estigma hacia un paciente de salud mental hace que la persona se resista a buscar ayuda o tratamiento. Hace evidente la falta de comprensión por parte de familiares, amigos, compañeros de trabajo u otras personas. Pueden surgir situaciones de hostigamiento, violencia física o acoso”, explicó la doctora Rosa Castro Ávila, directora ejecutiva de NeoMed Center.
“Es bien importante que la persona busque ayuda y tratamiento. Será de gran alivio para esa persona identificar lo que está mal y que pueda reducir los síntomas que interfieren con su vida personal y otras relaciones como las laborales”, insistió.
Algunas de las recomendaciones y maneras de enfrentar el estigma en relación a las condiciones de salud mental son:
1. Obtén tratamiento. Puedes estar reacio a admitir que necesitas un tratamiento. El miedo a ser etiquetado con una enfermedad mental no debe impedir buscar ayuda. El tratamiento puede brindar alivio al identificar lo que está mal y reducir los síntomas que interfieren con tu trabajo y tu vida personal.
2. No dejes que el estigma te haga dudar de ti mismo y te cause vergüenza. Buscar asesoramiento, informarte sobre tu afección y conectarte con otras personas que padecen una enfermedad mental puede ayudarte a ganar autoestima y superar el juicio destructivo sobre ti mismo.
3. No te aísles. Si tienes una enfermedad mental, es posible que no quieras decírselo a nadie. Tu familia, amigos, miembros del clero o de tu comunidad pueden ofrecerte apoyo si saben sobre tu enfermedad mental. Comunícate con personas en las que confíes para obtener la compasión, el apoyo y la comprensión que necesitas.
4. No te identifiques con tu enfermedad. No eres una enfermedad. En lugar de decir «soy bipolar», di «tengo trastorno bipolar». En lugar de llamarte «esquizofrénico», di «tengo esquizofrenia».
5. Únete a un grupo de apoyo. Existen programas locales y recursos por Internet que ayudan a reducir el estigma al educar a las personas que padecen enfermedades mentales, sus familias y el público en general. Algunas agencias y programas estatales y federales también ofrecen apoyo a las personas con enfermedades mentales.
6. Busca ayuda en la escuela. Si tú o tu hijo tienen una enfermedad mental que afecta el aprendizaje, averigua qué planes y programas podrían ayudar.
La discriminación contra los estudiantes debido a una enfermedad mental es ilegal, y los educadores en los niveles primario, secundario y universitario deben adaptarse a los estudiantes lo mejor que puedan. Habla con maestros, profesores o administradores sobre el mejor enfoque y los recursos. Si un maestro no sabe sobre la discapacidad de un estudiante, esto puede provocar discriminación, barreras de aprendizaje y malas calificaciones.
7. Habla sin reparos contra el estigma. Considera expresar tus opiniones en eventos, en cartas al editor o en Internet. Puede ayudar a infundir valor en otras personas que enfrentan desafíos similares y educar al público sobre las enfermedades mentales.
Para Castro Ávila, “es importante que la persona afectada busque ayuda y que se le diagnostique el trastorno para que obtenga un tratamiento eficaz. Son aspectos fundamentales para intervenir y reducir otras crisis que pudieran llevar a la persona a atentar contra su vida”.