Por Ana Delma Ramírez
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PONCE – Johanna Álvarez ha sido una madre luchadora que pudo superar cualquier adversidad con fuerza inquebrantable, para que su hijo John Carlos ganara la batalla de un diagnóstico de déficit de atención, hiperactividad, impulsividad y epilepsia, a través del deporte.
Siguió recomendación médica y medicó a su hijo. “No era la solución para John Rueda Álvarez”, dijo Álvarez, antes de señalar que por intuición consideró encaminarlo por el Taekwondo y Kárate, pero no le funcionó.
“Continuó exhibiendo los síntomas de sus condiciones, iba por él y me daban quejas, no se ajustaba. El entrenador me recomendó que buscara otra actividad y sin pensarlo fui al estadio Francisco “Paquito” Montaner y lo matriculé en fútbol. Tenía seis años”, relató.
John Carlos comenzó a jugar a esa tierna edad con el Club de Fútbol Leones de Ponce, resultó ser la solución. El fútbol le ayudó a canalizar toda su energía y todas sus condiciones en la cancha. Vive para el fútbol y toda la pasión que le imparte a ese deporte.
Álvarez aseguró que, como madre, ha realizado todo el sacrificio posible por el bienestar de su hijo, lo ha involucrado en todos sus esfuerzos de manera que él entienda todo lo que han experimentado para sacarlo a flote.
“Es lamentable que no exista ayuda para promover el deporte, cuando a través de esta actividad salvamos a muchos jóvenes, los encaminamos”, dijo.
John Carlos que tiene 15 años. De niño quería ser médico, ahora sueña con ser un futbolista profesional.
Estudia su décimo grado en la escuela vocacional Bernardino Cordero Bernard, donde se especializa en ebanistería. Ha escalado alto en su deporte de fútbol. Juega del equipo de su escuela, van para una final.
Cuando cesó el Club de Fútbol Leones de Ponce, jugó con otros clubes en Villalba, fue refuerzo de Peñuelas, en un Soccer Blast. Actualmente juega con la Academia de Fútbol Argentina Puertorriqueña de Lucas Medina. [AFAP].
Tiene ofertas de otras instituciones que lo quieren para sus equipos de fútbol, pues es talentoso, conoce bien el deporte, es mediocampista y puede jugar en cualquier posición y hace goles.
Esta familia es residente de la Playa de Ponce. John es el único varón. Tiene tres hermanas. Su madre es asistente dental y costea todos los gastos de su hijo, quien ha viajado con ella a España, Argentina a adiestramientos, piden dinero en los semáforos, venden galletas y otros productos, hacen colectas y rifas, como cualquier otro jugador.
Con solo 10 años ha representado a Puerto Rico en España, uno de dos futbolistas menores de edad seleccionados, ha participado en campamentos del Barca y Sade.
Ha experimentado jugar en Argentina donde conoció al Boca Juniors, en Barcelona, España y su próxima aventura, esta vez solo, sin mamá, es un internado de fútbol en Recoleta, Argentina, donde estará por dos meses.
Ese viaje tiene un costo de cerca de $8,000 y su madre, amigos y familiares están nuevamente realizando actividades para recaudarlo. Los interesados en ayudar pueden comunicarse al 787-597-8367.
“Desde que le compré el pasaje he estado llorando, es la primera vez que viaja con compañeros y entrenadores, la casa se sentirá vacía, pasaré su cumpleaños -3 de julio- sin él, pero me desgarra la idea, es por su bienestar”, expresó.
“Es gratificante verlo tan entusiasmado practicando, llevarlo y verlo jugar, me emociono”, expresó esta abnegada madre.
Álvarez viajó con John a la Florida por seis meses, después de los temblores, ya que él se afectó. En Florida jugó fútbol con el equipo del Club Serta.
El adolescente reconoce todo el sacrificio que ha hecho su madre por él. “Era un loquito, no me estaba quieto y se burlaban de mí. Ahora, mis amigos, los que juegan conmigo, me apoyan, les agrada jugar conmigo”, dijo.
Álvarez aconsejó dedicar tiempo para desarrollar a sus hijos en deportes, estar con ellos. Salir del “confort”, dijo.