Por Redacción Es Noticia
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Residentes de las comunidades de Salinas, aledañas al proyecto industrial de placas solares CIRO One, refutaron las expresiones ofrecidas por los corporativos de la empresa tras la manifestación realizada la pasada semana frente al complejo de lujo Ciudadela y al Departamento de Agricultura (DA).
Los activistas realizaron la protesta en estos lugares, ya que el dueño de Ciudadela, Nicholas Prouty, es el principal inversionista del proyecto CIRO One. De igual forma, los manifestantes criticaron la posición del Secretario del DA, el cual ha endosado el uso de miles de cuerdas agrícolas para establecer los proyectos energéticos industriales solares.
Maritza Figueroa, residente y portavoz de la comunidad El Coquí, reafirmó que las instalaciones de placas solares de Prouty sí han afectado a cientos de familias.
“Contrario a lo que dicen los dueños de CIRO One, su proyecto sí ha afectado a nuestras familias, al provocar un aumento en la cantidad de agua que llega a varias comunidades del área en momentos de inundaciones. Ese flujo de agua llega ahora con fango proveniente de sus terrenos, cosa que antes no pasaba”, dijo.
La líder comunitaria añadió que el impacto a los residentes “no solo fue durante el huracán Fiona, sino en lluvias posteriores donde volvimos a inundarnos de forma irregular. Lo que pasa es que esa gente no vive aquí, por lo que no conocen la situación real que sufrimos en nuestros hogares”.
Sobre las expresiones de CIRO, de que ha realizado “múltiples reuniones informativas” y que han “presentado evidencia técnica”, Diana Santi Santiago, portavoz de la comunidad, desmintió esas alegaciones.
“Cuando propusieron ese proyecto, no les importó lo que pensara la comunidad. Aquí nunca vinieron. Después que comenzaron a construir, hicieron algunas reuniones y en la que hicieron en la plaza pública del Coquí dijeron que tenían varios estudios hidrológicos. Les solicitamos esos estudios, dijeron que los entregarían, y 4 meses después aún los estamos esperando. Nadie ha visto esos estudios”, expresó Santi.
En abril de 2023, el Comité Diálogo Ambiental, en representación de la comunidad El Coquí, solicitó una consulta de peritaje hidrológico al Dr. Carlos Conde Costas sobre la condición del drenaje pluvial del área donde ubica el proyecto de CIRO.
“El Informe pericial determinó que CIRO debió preparar un estudio (hidrológico-hidráulico), el cual no realizó, para conocer cómo su proyecto iba a afectar las escorrentías y cuánta agua adicional saldría hacia la comunidad. En adición, el informe explica que, al remover los árboles y vegetación, y alterar el terreno, eso hace que haya más agua corriendo hacia el sur, y de forma más rápida hacia la comunidad”, explicó Víctor Alvarado Guzmán, portavoz de Diálogo Ambiental.
“El proyecto de CIRO ha generado gran cantidad de sedimentos que entran al flujo de agua, y estos llegan hasta la Reserva Nacional Estuarina de Bahía de Jobos. Al desbordarse la quebrada, esos sedimentos entran a las calles y hogares de la comunidad”, añadió el líder ambiental.
Por último, David Sotomayor, Catedrático del Colegio de Ciencias Agrícolas del Recinto Universitario de Mayagüez de la Universidad de Puerto Rico, aclaró las estadísticas agrícolas presentadas por los empresarios de CIRO.
“El área agrícola de Puerto Rico es de 487,775 cuerdas, según el censo federal. De esas, más de un 40% tienen limitaciones tales como alta pendiente. Entre el 1998 y el 2018, el número de fincas en Puerto Rico disminuyó por más de la mitad (58.7%) y la cantidad de terreno agrícola disminuyó en 43.6%. Y ahora los proyectos industriales solares los desean ubicar en los mejores terrenos con suelos fértiles, llanos, y acceso a riego. El impacto a nuestra soberanía alimentaria es un asunto mucho más serio de lo que parece y no se puede minimizar como pretende CIRO”, manifestó el Prof. Sotomayor.
