Por Ana Delma Ramírez
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La repentina muerte de la velocista universitaria Nadesha Pacheco López, quien chocó su auto con un camión en la autopista Luis A. Ferré, revive el tormentoso momento de la similar muerte del gimnasta boricua Diego Lizardi Marcial. Ambas pérdidas han sacudido al país.
Lizardi, entonces de 32 años y uno de los máximos exponentes de la gimnasia puertorriqueña (estaba retirado), murió el jueves 21 de febrero de 2008 cuando chocó su auto contra un camión plataforma de carga que transportaba cemento, en la autopista Luis A. Ferré, jurisdicción de Salinas. Eran las 3:45 de la madrugada.
Pacheco López, de 20 años y estudiante en la Universidad Interamericana murió el pasado lunes en la autopista Luis A. Ferré cuando chocó su auto y quedó pillada debajo de un camión contenedor. La joven atleta, quien iba a realizarse unas fotos para un compromiso comercial, fue llevada al Hospital Menonita, en Caguas, desde donde fue transportada al Centro Médico, en Río Piedras, donde murió horas después.
Lizardi murió en el acto a causa de severos traumas. Informes de prensa con acceso a detalles policiacos publicaron que Diego Luis Lizardi Marcial “conducía su auto Honda a velocidad exagerada y sin mantener distancia entre vehículos, impactó al camión por el lado derecho con el lado izquierdo de su vehículo”.
Su familia donó los órganos del atleta, según éste lo había expresado.
La noticia fue devastadora para la familia deportiva ya que el exgimnasta había sido abanderado de la delegación boricua en los Juegos Panamericanos de Santo Domingo 2003, un atleta internacional que con sus competiciones puso a Puerto Rico en el mapa mundial del deporte de gimnasia con múltiples medallas.
Representó a Puerto Rico en cuatro Juegos Centroamericanos y del Caribe. En Ponce 93 conquistó medalla de plata en manos libres (8,900 puntos), medalla de bronce por equipo. Fue medallista de oro 1998 en Maracaibo, Venezuela en anillas.
Lizardi nació en San Juan el 10 de octubre de 1975. Fue cuatro veces campeón nacional. Representó a Puerto Rico en varios Juegos Panamericanos y las Olimpiadas de Atlanta 1996 y Sidney, Autralia 2000.
Tomó parte en 10 campeonatos mundiales y el más recordado en suelo boricua 1996, en San Juan, Puerto Rico.
Cuando falleció, Diego operaba una academia de gimnasia en Caguas y Dorado. Su muerte le sorprendió viajando de Ponce a San Juan porque estaba en proceso de establecer una academia en la Ciudad Señorial.
La prensa internacional reseño la triste noticia de su fallecimiento, era reconocido como uno de los primeros “Golden Boys” en la gimnasia de Puerto Rico.
El deporte con estas dos repentinas perdidas pierde una juventud deportista que estaba en pleno desarrollo y esperanzas de país.
