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Omar se reinventa con ‘La Fritanga’

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PEÑUELAS – Tras enfrentar el momento más difícil de su vida, Omar Feliciano Sepúlveda vivió en carne propia la desesperanza y la depresión. Luego de trabajar como chef durante más de una década, dos accidentes laborales le impidieron continuar realizando la carrera que tanto amaba.

“La cocina siempre ha sido mi pasión. Desde niño miraba a las personas mientras cocinaban e iba aprendiendo. Una vez supe de unas plazas que había disponibles en el Hospital de Damas de Ponce, pero el trabajo que me dieron fue repartiendo las bandejas. Pero, como Dios todo lo pone en orden, recuerdo que hubo un problema con el cocinero y no había quién cocinara y yo me ofrecí. La administración quedó tan contenta que me enviaron a estudiar y me hice chef; me convertí en el chef del hospital”, relató Omar con mucha emoción en su voz.

El guayanillense y residente de Peñuelas trabajó en varios restaurantes de renombre y logró abrir su propio establecimiento de comida. Sin embargo, dos accidentes laborales cambiaron su vida para siempre.

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“Lo primero que me pasó fue que una nevera bien pesada me pinchó contra una pared y el segundo accidente fue una caída que me causó daño en mis discos y nervios. No podía sostenerme de pie, ni cargar cosas pesadas. Todo se me vino al piso porque ya no pude trabajar como chef y en cualquier trabajo que buscaba me rechazaban cuando me veían cojeando. Fue bien duro”, contó Omar.

Pero en medio de la depresión, sin ingresos económicos y con 3 hijos y un hogar que mantener, Omar decidió ponerse de pie y darse una nueva oportunidad.

“Yo pedí una estufita prestada. También me prestaron una vitrina y mi cuñado me hizo un carrito medio loco para poner la vitrina”, contó entre risas.

“Empecé a hacer empanadillas y las vendía frente a mi casa. La gente que me conocía sabía que yo era chef y me sugerían que hiciera rellenos, alcapurrias, domplines y otras cositas que iba añadiendo al menú. Al poco tiempo, conseguí que Rehabilitación Vocacional me ayudara con un carretón que era de otra persona y ya no lo estaba usando, lo había desechado. Ellos lo arreglaron y me lo dieron a mí”, explicó el chef.

Aunque el fuerte del negocio son las frituras, Omar aclaró con mucho orgullo que no son frituras cualquieras. “Yo lo preparo todo en casa, desde las plantillas de las empanadillas, pelo las papas de los rellenos, trabajo la masa de las alcapurrias, todo, todo es hecho en casa”.

La Fritanga del chef ha sido el principal sustento económico de Omar durante los pasados 9 años y se ha convertido en un negocio de familia.

“Yo le doy gracias primero a Dios porque sin El nada fuese posible. Le agradezco también a mi esposa porque siempre ha estado a mi lado y a mis hijos por ser tan pacientes en los momentos más difíciles”, expresó.

Clientes de diversos pueblos de la Isla visitan La Fritanga del Chef en Peñuelas para degustar las delicias culinarias que allí ofrecen.

“Quizás alguien pase frente a mi casa y simplemente vea un carretón. Yo veo mucho más. Yo veo mi vida, mi sustento, mi día a día. Yo veo un nuevo comienzo y recuerdo dónde estuve y dónde estoy. Soy más que bendecido”, dijo.

Omar Feliciano Sepúlveda, fueño de La Fritanga. Fotos: Tony Zayas / Periódico Es Noticia