Por Sandra Caquías Cruz
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PONCE – La región sur vive una realidad “paralela” al país cuando recuerda los desastres naturales que tanta destrucción causaron. Mientras en el norte no olvida el huracán, en el sur están latentes los terremotos, los mismos que hicieron a los sureños, un tanto olvidar, las heridas del huracán María y enfrentar un nuevo desastre y volver a reconstruir.
La casa de hormigón en la que se sentían seguro cuando el paso de María, con los terremotos se convirtió en una estructura que le daba inseguridad por temor a que, en el momento menos esperado, ocurriera otro movimiento de tierra con fálicas consecuencias.
Así los explicó el arquitecto y decano de la Escuela de Arquitectura de la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico (PUCPR), Luis V. Badillo Lozano.
“María causó mucho dolor, fue demasiado mucho dolor. Expuso con crudeza las carencias y debilidades, pero también expuso lo mejor de nosotros”, dijo en entrevista con Es Noticia.
Explicó que el desastre lo recuperamos como país, así como la respuesta a ese desastre, ya fuera con mayor o menor agilidad. Lo que no hemos superado es la reconstrucción, señaló. Hay aspectos que nos quedan, por eso hablan de miles de millones de dólares del Gobierno federal y que no han fluido a la velocidad que se esperaba, explicó.
Pero en medio de ese resurgir -tras el huracán María- llegó lo que describió como “una gran distracción”: los terremotos.
“Un fenómeno tan y tan catastrófico que nos hicieron olvidar el huracán María. Mientras que el resto de la Isla continúa hablando de la recuperación de María, nosotros hablamos de la recuperación del terremoto”, indicó, no sin relatar experiencias en ponencias en las que observa claramente esa disyuntiva. Los terremotos no causaron graves daños fuera de la zona sur y suroeste.
Esa distracción, según explicó, ha hecho que la región sur se concentre en “la destrucción inmensa producida por los terremotos y, quizás, hemos dejado de lado la reconstrucción de María”.
Las condiciones que María provocó hacían imposible vivir la cotidianidad. Luego ocurre el terremoto, lo que descubrió como “llover sobre mojado”.
“Cuando creíamos que estábamos sacando la cabeza fuera del agua. llega el terremoto. Y la gente se tiró a dormir a los parques, bajo las estrellas. Y esto con la pandemia del Covid encima, fueron momentos difíciles”, destacó.
Recordó la cantidad de personas que migró tras el paso del huracán María y luego con los terremotos. “Había gente que no podía vivir en esas condiciones y tenían que irse urgentemente”, lamentó.
“Se perdió la capacidad de producir, se perdieron empleos. Cuando volvió la luz, cuando volvió el agua, las comunicaciones, todo estaba cerrado”, recordó.
¿Qué sector fue el más afectado? Tanto los individuos como el sector comercial recibieron un duro impacto. “No se pueden separar, son simbiótico”, respondió.
¿Podríamos superar los destrozos? “Sí, definitivo”, afirmó antes de señalar que los destrozos los tenemos que superar, pero su costo es inmenso.
“Sí lo vamos a superar, pero me parece que a veces hay falta de paciencia. No debemos creer que será pronto”, dijo. No se puede olvidar que este huracán llegó días después del huracán Irma, el cual provocó sobre $3,000 millones en daños.
María fue el evento atmosférico más costoso en la historia de los Estados Unidos en cuanto a los que hay que reconstruir y el cuarto evento más costoso del mundo entero. “Creo que se nos va todo esto de perspectiva. Y creemos que ya debiera estar corregido. Mucho se ha hecho. Yo tiendo a ser optimista en ese sentido, cinco años es poco, hay países que no recuperan en décadas”, resaltó.
“Estas cosas toman tiempo. En un evento de esta magnitud, la agenda es inmensa. “Hay que entender que las cosas van pasando a su tiempo. A veces quisiéramos que pasar más rápido, pero no es así”, indicó.
Recomendación para levantar el sur? Hay que trabajar adecuadamente en esa reconstrucción conscientemente, consultar a quienes conocen.
“Estamos todavía débiles y frágiles y más frágiles. En algunos aspectos que antes de María porque María nos debilitó, nos tiró a la lona y los terremotos nos acabaran de dar, nos dieron en el piso. Estos son dos eventos y sobre ellos llegó el COVID y no permitió continuar trabajando”, subrayó.
Resaltó que no hemos tenido la oportunidad de una recuperación, una reconstrucción de la magnitud que necesitamos “y eso todavía va a tardar unos cuantos años, o sea, que un evento ahora, que Dios no lo quiera, de la misma magnitud, puede causar daños similares o mayores porque todavía estamos levantándonos”.
“Aquí viene María, este año el año próximo y se vacía la isla, se va la gente. Sino logramos movernos con mayor agilidad la gente va a tirar la isla a perdida, lamentablemente”.