Por CyberNews
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Organizaciones ambientales de la Alianza Energía Renovable Ahora (AERA) se manifestaron hoy -viernes- frente a La Fortaleza en protesta contra el contrato de privatización de la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE) otorgado a Luma Energy y contra la visita del contralmirante Peter Brown.
Myrna Conty, de la Coalición de Organizaciones Anti-incineración, explicó en comunicación escrita que “los integrantes de AERA estuvimos protestando hoy por la visita de Peter Brown, almirante que envió el presidente Donald Trump para fiscalizar los fondos de FEMA para la transformación energética de Puerto Rico. Nosotros en AERA estamos muy preocupados porque Brown está hablando de una transformación energética en la que se sigue perpetuando el uso de los combustibles fósiles, sin avanzar hacia la energía renovable. Y para colmo, ahora habla de traer energía nuclear a Puerto Rico. Lo que queremos es que a la gobernadora Wanda Vázquez, a quien le solicitamos reunión, y a Brown les podamos llevar la propuesta de Queremos Sol, para que entiendan que es una alternativa viable ahora, no dentro de unas décadas”.
Brown estuvo en La Fortaleza en una reunión con varios funcionarios gubernamentales que se denominó como “town hall meeting”, pero que, a pesar de transmitirse por redes sociales oficiales del gobierno, no incluyó participación de público ni preguntas virtuales del pueblo.
Timmy Boyle, de la Alianza Comunitaria Ambiental del Sureste, comentó que “tanto AERA como la Alianza Comunitaria Ambiental del Sureste estamos opuestos a la venta del patrimonio nacional de la AEE a través de la privatización con una compañía capitalista extranjera cuyo único objetivo es obtener beneficios económicos a costa del pueblo de Puerto Rico. No se está cumpliendo con los objetivos de la Ley 17 para que el 100% de la energía producida en Puerto Rico sea energía renovable para el año 2050. LUMA y el almirante Peter Brown están hablando de una combinación de energía nuclear con gas metano, mal llamado gas natural. Entendemos que esta supuesta etapa transitoria, en realidad no es transitoria y no es necesaria. Podemos ir directo a energía renovable, no con ningún periodo de transición. Ese es el objetivo de Queremos Sol, que nosotros endosamos completamente”.
Por su parte, Adriana Gonzalez, de Sierra Club Puerto Rico, expresó que “para nosotros lo importante es recalcar el rechazo al contrato de Luma porque no solo vemos que es un contrato que privatiza y quita muchos de los derechos de los trabajadores sino que no representa el futuro de energía renovable que queremos. Esa compañía va a usar fondos públicos para ganancias privadas de ellos y no para el beneficio de la población y las comunidades, como se supone es el propósito de ese dinero aprobado para reconstrucción del sistema eléctrico.
“El gas metano no solo lo rechazamos porque no es un combustible de transición sino porque la trayectoria de la lucha comunitaria en Puerto Rico que llevamos desde el gasoducto hasta hoy ha sido de contundente oposición a este por parte del pueblo. No queremos gas natural, es un disparate que sigan trayéndolo como opción cuando ha sido clara la respuesta de la comunidad. Los ejemplos comunitarios de energía solar ya existen y en Queremos Sol la propuesta es primero el acceso a que las personas tengan energía solar con placas solares en sus techos y baterías. Eso se puede hacer, es más sencillo de lo que parece y los fondos federales deben estar destinados a esos efectos”, añadió González.
En cuanto a la idea de Brown de producir energía mediante reactores nucleares, el doctor Ángel González, del Comité de Salud Pública y Ambiental del Colegio de Médicos, declaró que: “es una propuesta que no tiene pies ni cabeza. Es sabido los grandes problemas de salud asociados con estas plantas en el día a día de su operación. Hay diversas publicaciones científicas que encuentran asociación de estas plantas con poblaciones especialmente vulnerables, como son mujeres embarazadas y nuestros niños, particularmente deformidades fetales y leucemias”.
“Los productos radiactivos que suelen emitir estas plantas pueden producir cánceres de tiroides y hueso y otros tejidos. Y esto sin contar las posibles emisiones masivas al ambiente en caso de accidentes, como recientemente en Fukushima, Japón: ejemplos: yodo radiactivo 129 que dura millones de años; cesio 137, dura cientos de años, causando daños todo ese tiempo. En Chernobyl, Ucrania, hay una “zona de exclusión” enorme que nadie puede habitar por cientos de años. Es descabellado que a alguien se le pueda ocurrir esta idea para Puerto Rico, como no sea para hacer dinero sin consideración a la salud pública”, indicó González.