Por Miguel Díaz Román
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Los ciudadanos deberán evaluar si los sismos que sufre el país desde el 28 de diciembre ha afectado sus residencias y tomar medidas inmediatas para evitar que tales daños se conviertan en permanentes, porque luego pueden atentar contra la estabilidad de la casa y la vida de sus residentes, sostuvo el ingeniero Felix Rivera, presidente de la Comisión de Terremotos de Colegio de Ingenieros de Puerto Rico.
Rivera dijo que la evaluación de parte de un profesional, sea ingeniero o arquitecto, es indispensable pues existen daños ocultos que no son evidentes a simple vista y que pueden representar un peligro real para la estabilidad de la estrcutura.
“Las casas son como los carros, hay que darles mantenimiento y evaluarlas con el paso del tiempo para ver cómo están. No es cuestión de limpiarlas y pasarle una pinturita. Hay que examinar esas estructuras para determinar si las varillas, el acero, está en buenas condiciones o requiere de una reparación”, indicó Rivera, cuya especialidad es la ingeniería estructural.
El ingeniero reiteró que es importante evitar que los daños que haya sufrido una residencia se conviertan en permanentes. “Hay maneras de corregir esos daños y hacer que la estructura sea más resistente”, dijo.
Señaló que las estructuras levantadas en columnas requieren de atención pues han demostrado ser muy frágiles al embate de los sismos.
Rivera explicó que es necesario fortalecer las columnas con paredes de concreto armado y con un entramado de varillas adecuado. Agregó que es necesario que el entramado de varillas de las paredes esté unido a las varillas que discurren en el interior de la columna.
Otro aspecto fundamental es que el entramado de varillas quede anclado al suelo. También es necesario que todas las columnas queden unidas por las paredes de concreto, lo que fortalecerá notablemente ese tipo residencias.
Recomendó que ese tipo de trabajo se realice en consulta con un ingeniero o arquitecto para garantizar que se cumple el objetivo de hacer más resistente la vivienda a la actividad sísmica.
El ingeniero sostuvo que uno de los mayores problemas de la construcción informal es que no se evalúa la calidad de los suelos.
”Tenemos suelos heterogéneos, de composición variada y es necesario saber en qué tipo de suelo vamos a construir para atemperar las estructuras a las condiciones del suelo”, indicó.
Explicó que ante la actividad sísmica frecuente o frente a un terremoto de considerable magnitud, los daños que puede sufir una residencia dependerán, entre otras razones, si la estructura fue construida tomando en consideración las condiciones del suelo.
Entre las estrategias de construcción para adecuar una estructura al suelo figura el uso de pilotes para anclar fuertemente la estructura al terreno; construir una loza base de considerable espesor en concreto armado sobre la cual se levantará la casa o remover tierra en una profundidad de hasta cinco pies, hasta llegar al suelo adecuado y luego construir allí los cimientos de la casa.
A los ciudadanos que hayan contratado un contratista para que les construya su casa, le recomendó supervisar continuamente los trabajos para evitar construcciones deficientes.
“Los contratistas no deben estar solos… estando los inspectores a su lado, algunos contratistas cometen barbaridades!”, indicó Rivera.
El ingeniero integra un grupo de profesionales de la construcción que junto a la Oficina de Gerencia de Permisos han elaborado un proyecto para lidiar con las construcciones informales. La iniciativa proveerá a los ciudadanos el plano modelo de una residencia básica que cumpla con los códigos de construcción. La idea de crear un plano modelo se desarrolló tras el azote de los huracanes Irma y María, cuando se revelaron las deficiencias estructurales de numerosas residencias de madera y de concreto afectadas.
El proyecto para crear un plano modelo se logró mediante una asignación de fondos, hecha por la Agencia Federal de Manejo de Emergencias.
Según Rivera, ya se han elaborado los planos para una casa de 20 pies de ancho por 34 de largo en tres modalidades: concreto, madera y una casa híbrida de concreto y madera.
El plano modelo es para una casa de dos cuartos, un baño, sala y cocina. No tiene marquesina, pero provee un espacio para dos cuartos adicionales.
El ingeniero explicó que el costo aproximado de la casa modelo, incluyendo materiales y mano de obra, es de entre $25,000 y $30,000.
“Ya he revisado el 75 % de los planos. Esperamos que entre junio y julio se termine la revisión y luego la Oficina de Gerencia de Permisos deberá determinar cómo se harán disponibles los planos a la ciudadanía”, dijo Rivera.
El ingeniero agregó que las casas de madera bien construidas resisten mejor los terremotos, mientras que las construcciones de concreto son muy efectivas frente a los huracanes.
No obstante, aseguró que los tres planos modelos están diseñados para resistir terremotos y huracanes.
Rivera dijo que el gobierno también debe evaluar las estructuras públicas y llamó la atención sobre su hallazgo en dispensarios de salud pública y en escuelas de las llamadas “colmunas cortas”.
La “colmuna corta” es aquella que se puede quebrar porque carece de la fortaleza adecuada para enfrentar las oscilaciones de los sismos.
Una de las alternativas usadas para lidiar con la “columna corta” es revestir las columnas con tela de fibra de carbono y luego se adieren unos compuestos químicos que fortalecen la columna y le permiten resistir las ondulaciones causadas por los sismos.
Rivera dijo que la tela de fibra de carbono fue utilizada en las llamadas escuelas del SigloXXI, una iniciativa del Departamento de Educación realizada en los pasados años para rehabilitar y construir escuelas modernas y con una amplia oferta de espacios y recursos educativos.
El ingeniero indicó que la ciudadanía también puede utilizar la tela de fibra de carbono para enfrentar el problema estructural de “columna corta” en sus residencias o negocios.
“No es la alternativa más barata pero es una buena alternativa para evitar que se te caiga la casa”, dijo Rivera.