Por Redacción Es Noticia
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Las protestas sindicales por la celebración del día internacional del Trabajo se han ido llevando a cabo en la zona metropolitana.
Participan unas doce organizaciones civiles y políticas, lideradas por la Jornada se Acabaron las Promesas, que llevaron su protesta en contra de las políticas fiscales de la Junta de Supervisión Fiscal en la Milla de Oro en Hato Rey, sede de las oficinas de la entidad.
Entre las organizaciones participantes se cuentan Trabajadores y Estudiantes Comunistas por el Cambio Social (TECCS), Boricuas con Palestina (BCP) y el Frente Anti Electoral (FAE).
«Hemos sido consistentes en decir que el poder económico y político en el país se encuentra en la Milla de Oro y por tal razón hoy, Día Internacional de los Trabajadores, este es el lugar para venir a protestar», dijo Jocelyn Velázquez, miembro de la Jornada se Acabaron las Promesas.
La participación aunque numerosa, se visualizó menos multitudinaria de lo visto en años previos, en parte dadas las condiciones climáticas adversas.
Como parte de los actos de reclamo, tanto un afiche del gobernador Pedro Pierluisi como una bandera de los Estados Unidos fueron pisoteados durante los discursos en contra de la entidad federal creada por Washington para intentar revertir la deuda pública que alcanzó niveles insostenibles cuando bajo el mandato del entonces presidente Barack Obama, se instauró y que continúa operando más allá de los seis años que se proyectaron en un inicio.
El evento continuaba sin incidentes mientras una alta presencia policial se mantuvo atenta al desarrollo de los actos públicos en la Milla de Oro.
Igualmente otros movimientos se dirigieron hasta el Capitolio exigiendo también que se derogue la reforma laboral, se retire la Junta de Supervisión Fiscal y que se aumente el salario mínimo.
De igual forma, maestros como la Organización Educamos sostuvieron que las pensiones no se ajustan al costo de vida por el que pasan los maestros retirados.
La protesta continuaría hasta culminar frente a la Fortaleza pero las expectativas de reuniones con los funcionarios gubernamentales se daría solo si hay una disposición a escuchar a los trabajadores con la amenaza lanzada por la clase obrero a los partidos políticos que aspiran a gobernar el país.
