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Task force médico alega que distanciamiento social y toque de queda no han afectado la salud mental

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Por Miguel Díaz Román

redaccion@esnoticiapr.com

Tras el cierre de comercios, el toque de queda y el requisito de distanciamiento social, se ha registrado una merma en los suicidios y no han aumentado las llamadas al centro de ayuda sicosocial del gobierno, lo que para el task force médico es una señal de que no se ha registrado un alza en las emergencias psiquiátricas como resultado de las medidas para controlar la dispersión del coronavirus.

Asi lo concluye el organismo asesor de la gobernadora Wanda Vázquez Garced en un informe que contiene la recomendaciones para reabrir la economía.  

Según el documento, una de las mayores preocupaciones del task force médico cuando recomendó el cierre de comercios, el toque de queda y el distanciamiento social fue la posibilidad de afectar negativamente la salud mental de la ciudadanía, “debido al aislamiento físico y a los estresores como dificultades económicas y disminución de acceso a grupos y actividades de apoyo”. 

El task force sostiene que aunque a largo plazo tendrán un panorama más completo de los efectos de las medidas para controlar el coronavirus sobre la salud mental, hay dos medidas  que pueden ofrecer una señal inmediata de esos efectos.

Una de ellas es el número de suicidios reportados por el Registro Demográfico de Puerto Rico.

“Se han reportado 35 suicidios en total entre el 1o de enero 2020 al 24 de abril de 2020.  Esta cifra representa 31 casos menos de suicidio a esa misma fecha en el 2019.  Es importante recalcar que el 2019 fue uno de los años con menos tasa de suicidios en los últimos 20 años. Comparando el mes de abril del 2019, donde hubo 10 casos de suicidio, en lo que va del mes de abril del 2020 se han reportado 8 casos”.

La otra medida importante es el uso de Línea de Primera Ayuda Sicosocial (Línea PAS), “que en promedio ha tenido alrededor de 400 llamadas diarias sin un patrón de aumento significativo.  Por lo tanto, al menos basado en los datos que tenemos disponibles, no parece haber señales de un aumento en emergencias psiquiátricas en PR durante el lockdown”, sostiene el task force en el documento.

No obstante, a pesar de la favorable conclusión, en el documento el task force reconoce que le falta información sobre “variables de adaptación a los estresores de la pandemia y el lockdown”. Entre esas variables el documento menciona el aumento en incidentes violentos, nuevos casos o exacerbaciones de condiciones preexistentes de ansiedad, depresión, uso de alcohol o sustancias adictivas, y también la utilización de servicios de salud mental.

Según el documento, el cierre de comercios y el toque de queda junto con el distanciamiento social redujo el riesgo de dispersión del coronavirus en la población de un 6%, durante un período de 40 días, desde que se puso en vigor el 15 de marzo hasta el pasado 23 de abril. El task force indicó que el estimado de dispersión de la infección en la población antes del cierre de comercios y el toque de queda era 34%.

“Sin embargo, es importante recalcar que el riesgo de infección actual de 6% y 8% es el resultado del lockdown y no representa lo que pasaría fuera del distanciamiento físico-social creado por el lockdown. Por lo tanto, la apertura escalonada siguiendo las medidas de distanciamiento físico-social recomendadas son vitales para mantener un sistema de salud operacional y capaz de atender a todas las personas que se infectarán como parte de la epidemia del coronavirus”, señala el documento.

De acuerdo con los estimados del task force, el sistema de salud de la isla podría atender con los recursos que tiene en la actualidad, como ventiladores y camas en unidades de cuidado intensivo, un riesgo de dispersión de la infección máximo de 12%.

El task force médico le propuso a la gobernadora un plan de apertura de la economía que contempla cuatro fases y recomienda mantener el toque de queda. También advierte que las medidas de distanciamiento social se deberá mantener por entre 18 y 24 meses o hasta que aparezca una vacuna.

Otra recomendación es que tras la apertura, si se registra un alza en los contagios que eleve considerablemente los casos de pacientes recluídos en los hospitales, el gobierno podría decretar un nuevo cierre de comercios y toque de queda.