Por Redacción Es Noticia
redaccion@esnoticiapr.com
SANTA ISABEL – En las montañas de Peñuelas, el agricultor Ramón Torres, trataba de volver a levantar su cultivo de girasoles que la tormenta Isaías le echó al suelo a su paso por la región sur.
Mientras, en el valle costero de Santa Isabel, el agricultor Rudy Rosaly Santiago cortaba hojas de sus matas de plátanos para cubrir los racimos y de esa forma intentar salvar los que cayeron al suelo con los fuertes vientos que la tormenta Isaías llevaba a su paso por el sur.
Ambos agricultores coincidieron en los golpes que han tenido que enfrentar en el 2020 para poder cosechar.
El azote del huracán María, en septiembre de 2017, se iba dispersando cuando comenzaron los temblores en enero pasado. Detrás llegó la pandemia del coronavirus que encerró al país.
La sequía comenzaba a hacer estragos cuando comenzó la temporada de huracanes. Y no tardó en asomarse la primera tormenta. Isaías, como fue bautizada, tiró al suelo millones de dólares en cultivos.
Pérdidas millonarias
El Departamento de Agricultura estimó en $47.5 millones las pérdidas agrícolas con el paso de la tormenta Isaías.
Unas $3.4 millones de esas pérdidas fueron en los municipios de la región de Ponce, integrados por Salinas, Coamo, Santa Isabel, Juana Díaz, Villalba, Peñuelas y Ponce.
Pérdidas por sectores a nivel isla:
- 69% – plátanos
- 20% – guineos
- 3% – café y ornamentales
- 1% – papayas, sandías, cítricas, yautías y ñames
“Todos los agricultores que sufrieron daños por el paso de la tormenta deben realizar el proceso debido para alguna reclamación o solicitar a través de los Programas de Incentivos Regulares para obtener maquinaria agrícola, abono o semillas y restablecer la producción agrícola”, expresó el secretario de Agricultura, Carlos Flores Ortega.
Sin seguro contra tormenta
El agricultor Rosaly explicó que el principal problema que enfrenta es que al tratarse de una tormenta su cosecha no la cubren los seguros, lo contrario de su hubiera sido un huracán. “El seguro aquí no entra a pagar”, dijo.
“Hemos tenido una pérdida increíble, de 40 cuerdas que tengo acabo de perder 20 (cuerdas) completa. Han sido momentos bien duros, bien duros en la agricultura porque cuando crees que vas a cosechar algo lo vuelves y lo pierdes todo. Ha sido una tragedia detrás de otra, es fuerte. Vamos a ver cómo podemos levantarnos de nuevo aquí”, lamentó.
“Mis planes son seguir trabajando y volver a levantar la finca. Hay que seguir sembrando. Vivo de la agricultura. Tengo que volver a limpiar, arar y volver a sembrar”, dijo.
Un golpe a los girasoles
“La plantación prácticamente está en el piso. La mayoría de ella está pérdida. Los planes que tenemos es rescatar los que están buenos para poderlos vender”, dijo el agricultor Ramón Torres, mientras mostraba las flores que debió vender a floristerías y supermercados.
Torres, propietario de la finca Flores del Santo, explicó que con la pandemia decidió sembrar algunas hortalizas y con los bueyes surcó el terreno, pero la tormenta lo convirtió en fango y tendrá que volver a acondicionar el terreno, esta vez para compartir la siembra de girasoles con hortalizas.
“Estamos esperando a ver si el gobierno nos puede ayudar… Se hizo un reporte a la Asociación de Agricultores, pero aún no me han visitado las agencias”, indicó.
