Por Ana Delma Ramírez
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Es un hecho, los atletas que conquisten medallas en la venidera olimpiada de París 2024, programada para este verano se colocarán en el cuello un fragmento de la icónica Torre Eiffel.
¿Que representará para esos privilegiados deportistas poseer un pedacito de este emblemático monumento, uno de los más visitados del mundo?
Un acontecimiento histórico incrustado en sus preseas:
La Torre Eiffel fue erigida a finales del siglo 19 conmemorando el centenario de la Revolución Francesa.
Construida por Gustave Eiffel con el ingeniero estructural Maurice Koechlin responsable de pulir v desarrollar el concepto.
La Torre Eiffel pudo haber sido demolida como consecuencia de ocupación alemana de Francia en la Segunda Guerra Mundial, una orden que impartió Hitler pero fue ignorada. En medio del conflicto la resistencia gala cortó los cables del elevador de la Torre para que los alemanes tuvieran que subir por las escaleras.
Fue construida en el centro de París. Superó a 700 diseños sometidos en 1886 que serían representativos de la observación del centenario de la Revolución Francesa, su elección fue unánime.
No fue del agrado de intelectuales quienes protestaron porque afeaba el entorno de la ciudad, utilizaron 18,000 mil piezas de hierro.
Tiene una altura de 1,023 pies, pesa casi 7,300 toneladas y hasta 1930 fue el edificio más alto del mundo.
Se renovó en 1986, se pinta cada siete años con aproximadamente 40 toneladas de pintura.
Fue construida para una Exposición Universal, la desmontarían luego del evento, cambiaron de idea aún está en pie recibiendo a los visitantes y llenando de orgullo a los locales. En la Torre Eiffel laboran cerca de 500 personas. Se utiliza militarmente y para telecomunicaciones, tiene un sistema de telegrama, una estación de radio y desde ella se pronostica el tiempo.
Su cumpleaños es marzo 31. Se ha constituido en el símbolo de París, por ello un pedacito se esparcirá por todo el mundo con cada atleta que triunfe en la Olimpiada de París 2024.
