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Cáncer de próstata: Importancia del diagnóstico temprano

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Los síntomas de cáncer de próstata pueden ser similares a los de crecimiento benigno de la próstata.

 

El discernimiento temprano del cáncer de próstata se convierte en una herramienta eficaz para combatir la enfermedad, cuya prevalencia es de 1 en cada 7 hombres en Puerto Rico.

Sin embargo, el miedo a realizarse una evaluación médica es un aspecto cultural que aún predomina en la sociedad puertorriqueña y que amenaza la calidad de vida de algunos pacientes pues, limita las oportunidades de recibir un tratamiento efectivo en las primeras etapas de la condición.

Según el urólogo Gilberto Ruiz Deyá, “hoy día hay medicamentos que no existían hace unos años que mejoran la sobrevivencia del paciente, pero es importante que se diagnostique temprano”.

Esto ya que los puertorriqueños “tienen la (tasa de) mortalidad más grande de cáncer de próstata, seguido de cubanos, dominicanos y afroamericanos”, de acuerdo con un estudio poblacional liderado en 2017, por el radiólogo y oncólogo Félix Chinea, de la Universidad de Miami.

“Probablemente, además de haber una línea genética, mucho tiene que ver con nuestra dieta, la exposición a diferentes tóxicos, pero es bien importante que hay una disparidad racial y en Puerto Rico la mortalidad es bien alta y, eso tiene que ver con nuestra genética y lo que comemos”, reveló.

“Se ha visto una asociación entre la dieta alta en grasas, lo que comemos, marcamos nuestro DNA y esas dietas altas en grasa, aumentan los radicales de oxígeno y eso daña el DNA y eventualmente, resulta en cáncer de próstata”, subrayó.

Asimismo, admitió que este tipo de cáncer no es prevenible.
“Hay ciertos factores genéticos que podemos llevar con nosotros que, verdaderamente, no los podemos cambiar. Pero hay otra cosa interesante, lo que nosotros hagamos puede dañar nuestra genética y pasamos eso a otras generaciones. Eso se llama epigenética”, explicó.

“Así que, si empezamos una dieta baja en grasa, evitar el cigarrillo, hacer ejercicios; potencialmente podemos disminuir (la probabilidad). Pero fuera de eso, desgraciadamente, no hay una pastilla que te puedas tomar”, lamentó.

En tanto, señaló que, “cuando hay síntomas, usualmente, se nos complica el panorama pues, es difícil que podamos impactar positivamente al paciente”.

“Los síntomas de cáncer de próstata pueden ser bien similares a los de crecimiento benigno de la próstata: titubeo, te levantas varias veces en la noche, el chorrito (orina) lento. Ya cuando el cáncer avanza, puede presentar dolores en la espalda, episodios de sangrado”, detalló.

No obstante, insistió en que “no debemos esperar a tener síntomas, sino que debemos todos los años chequearnos para tratar de hacer un diagnóstico temprano de la enfermedad. El puertorriqueño, especialmente, si tiene historial, debe empezar (a realizarse los estudios) a los 40 o 45 años”.

En cuanto a tratamientos, el urólogo mencionó se debe empezar con una vigilancia activa que significa “no hacer nada”.

“Hay algunos pacientes que tienen unos cánceres tan lentos que los puede observar. Y usualmente no es un tratamiento, sino es postergar el momento que nosotros intervenimos. De esa manera, no hay efectos secundarios. Esto tiene que ver con la edad del paciente”, manifestó.

“Usualmente, el paciente en edad avanzada tiende a tener crecimiento más lento. Pero no es lo mismo un paciente joven. Eso tiene que ser en pacientes que sean bien diligentes con su salud, que se estudien repetidamente, hay que hacer múltiples biopsias durante ese episodio. No hacer nada es una opción”, recalcó.

Luego de la vigilancia activa, según el especialista en urología, las opciones principales en tratamiento son cirugía y radiación.

“En pacientes jóvenes, tendemos a ser un poco más agresivos porque esos tumores tienden a crecer más rápido. El paciente obeso tiende a tener tumores más agresivos y a recurrir más rápido y avanzar más. Muchas veces, no podemos operar al paciente por la obesidad”, argumentó.

“Pero hoy día, con la cirugía robótica, cirugía laparoscópica pues, podemos operar a esos pacientes que antes era imposible operarlos porque es bien difícil, la próstata queda al final de la pelvis y es muy difícil llegar hasta ahí. Afortunadamente, estas tecnologías nuevas nos han ayudado”, admitió.

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Por Centro Médico Episcopal San Lucas