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Artimañas y ‘dimes y diretes’ en proceso judicial por caso de impericia médica

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Por Sara R. Marrero Cabán

redaccion@esnoticiapr.com

 

CAYEY – Abogados que aseguran no hablan inglés y la activación del protocolo de Covid luego que un desconocido entró a la sala son solo dos de las situaciones acontecidas en los pasados días entorno a un proceso judicial en el que María González alega impericia médica contra su hija, Angélica González Berrios.

La cayeyana Angélica comenzó su viacrucis en septiembre de 2016. La vida de la fémina- madre de un niño menor de edad- cambió en cuatro días, porque el síndrome de cauda equina la dejó discapacitada y dependiente de otros.

Según María, la progenitora y cuidadora de Angélica, su condición se pudo evitar. Entiende que Angélica perdió su movilidad por la presunta impericia médica de los médicos del Hospital General Menonita, en Cayey. Es por esto que los demandó.

Esta mañana, en el Tribunal de Caguas, celebraron una vista de manera virtual para elegir las fechas en que continuarán el juicio a su fondo, esto tras no poder ser presenciales debido a que una persona que estuvo en sala supuestamente tuvo contacto con un paciente con coronavirus.

Sin embargo, lo discutido hoy entre los abogados demandantes (paciente) y de la parte demandada (médicos) tuvo poco éxito. Al final, la jueza le dio un plazo para que ambas partes se pusieran de acuerdo en las fechas para la continuación del juicio.

El juicio comenzó el pasado 16 de agosto.

Para probar su caso, los abogados de la demandante contrataron peritos médicos que residen en Estados Unidos y hablan inglés, esto por la escasez de galenos en la Isla.

Empero, los abogados de los médicos les exigieron a los abogados de la paciente (demandante) que debía poner a disposición un interprete porque ellos no postulan en inglés.

De acuerdo a la abogada Glenda Labadie Jackson, esta es una de muchas estrategias que arremeten en contra de María y Angélica, máxime porque ambas tienen escasos recursos económicos.

“El dinero es lo de menos. Lo que motiva a estos abogados no es el fin de lucro, es el estado emocional que ha tenido, que cinco años después, por razones que no son atribuidos a ella (María), se extienda el juicio”, puntualizó Labadie Jackson.

 

Atrasos frívolos

Durante el interrogatorio de un neurocirujano de Tampa, Florida ayer -miércoles-, un hombre desconocido entró a la sala del Tribunal de Caguas. Poco minutos después, se marchó. Su identidad quedó como enigma.

Súbitamente después de su partida, se activó el protocolo de Covid porque alguien que estuvo en sala tuvo contacto con una persona diagnosticada con coronavirus, por lo que todos se retiraron de la sala y se desinfectó.

Después de la desinfección del área, la abogada Ramonita Dieppa reiteró múltiples veces que quería permanecer en la sala, recalcando “yo tengo miedo a morir”.

Por lo tanto, el interrogatorio del perito se interrumpió y se pospuso para hoy- jueves-, pero en la modalidad virtual. Este atraso, además, provocó la ausencia que el perito y el intérprete no acudieron hoy al juicio virtual.

Inmediatamente cuando comenzó el juicio de hoy -a eso de las 9:00 a.m.- Dieppa alegó encarecidamente que escuchó a la abogada de la demandante- Labadie Jackson- imitando sus declaraciones en tonos burlones.

“Llevo 40 años trabajando y mi fama me precede. Me sentí hostigada”, manifestó.

Dieppa, por otro lado, acusó al abogado Paúl Rodríguez de hostigamiento por un correo electrónico privado que le envió en el que le cuestionó su “doble postura” al supuestamente disfrutar en un restaurante abarrotado de comensales sin mascarilla nasobucal o ningún otro tipo de protección.

Labadie y Rodríguez refutaron que Dieppa alegadamente ha incurrido en violaciones éticas serias cuando emite comentarios negativos de la demandante y su hija.

“No quiero entrar en chismes o dimes y diretes. No lo traemos ante el Tribunal porque tenemos madurez”, respondió Rodríguez.

“Son chiquilladas traer a un caso tan importante un chisme de lo que yo, privadamente, le dije a mis compañeros. Glenda Labadie no se va a prestar para lo que ha sido un patrón de violaciones éticas”, comentó Labadie Jackson.

La disputa tanto de los intérpretes como de los supuestos comentarios ocuparon más de 50 minutos de la vista. Los temas calendarizados se discutieron en menos de 30 minutos.

La jueza Viviana Torres Reyes, quien presidió la vista, ordenó que ambas partes se reunieran para determinar fechas sugeridas para los 14 días necesarios para la continuación de juicio a su fondo. Las sugerencias se deberán presentar en el lapso de cinco días.

“El acceso de la justicia no es abrirle las puertas al Tribunal. Es que se haga justicia de manera rápida”, subrayó Labadie Jackson.

 

¿Qué pasó en el 2016?

Angélica amaneció la madrugada del 23 de septiembre de 2016 con un agudo dolor en la baja espalda y la pierna derecha. Tanto era el dolor que llamó a su madre para que la transportara al hospital.

Conforme a la demanda, los síntomas de Angélica claramente apuntaban a un posible diagnóstico de síndrome de cauda equina. Con un examen clínico, se concretizaba el diagnóstico.

Más aún, el doctor no efectuó el examen clínico. Después de un CT Scan y ocho horas de espera, envió a Angélica de vuelta a su casa sin un diagnóstico correcto.

Tras múltiples visitas en el lapso de cuatro días y mientras empeoraba su condición, los doctores refirieron a Angélica al Centro Médico de Río Piedras en San Juan. No obstante, ya era muy tarde para la cirugía que hubiera prevenido la discapacidad física de Angélica.

María -quien tienen 70 años- está encargada del cuido completo, tanto de Angélica como de su nieto.