Inicio Entretenimiento Nueva cosecha de niños trovadores

Nueva cosecha de niños trovadores

645
0

Por Sandra Caquías Cruz

redaccion@esnoticiapr.com

 

YAUCO – Un parque urbano con restos de antiguas paredes de ladrillo es el entorno en el que semana tras semana se reúne un grupo de niños y jóvenes deseosos de aprender a cantar música de trova.

Publicidad

Las cuerdas del cuatro y la imponente voz de Jianelle Rodríguez Caraballo no pasaban desapercibidas en aquel remanso. La adolescente recién ganó el curso de trovadores de una cooperativa y también cargó con el primer lugar en el Festival del Acabe, en Maricao.

Jianelle canta trova desde los 6 años, aunque resalta que no se sentía cómoda con su voz. “Yo no me animaba porque no me gustaba la voz”, confesó. No fue hasta que llegó a la Escuela de Trova de Espinela de José Ángel Ortiz, con la maestra Teresita Feliciano y el cuatrista y músico Junior Aponte, que aprendió a matizar la voy y desarrollarla.

Mientras, Jianelle aprendió a tocar saxofón. “Ese es mi instrumento preferido”, dijo. La adolescente destacó que su artista preferida es la trovadora Victoria Sanabria y que desea improvisar como ella, pero primero le gustaría conocerla personalmente.

El cuatrista Junior Aponte destacó que años atrás apenas había una escuela para que los niños aprendieran y conocieran la trova y ahora hay varias. Indicó que los niños se motivan y les gusta, pero tanto las ofertas como la paga son escasas.

Explicó que el contrato a cualquier artista fácilmente es de varios miles de dólares, pero a los trovadores se deben conformar con escasos cientos de dólares, dinero que en ocasiones no les alcanza para pagar la transportación y alimentos, tanto para cantantes como para los músicos. “Le pides $200 y quieren que cantes dos horas”, comentó Aponte.

Además, lamentó que en ocasiones el espacio disponible para tocar su música son las horas en que apenas ha llegado público a las festividades, pero no empecé a eso la aceptación del público es muy buena y disfrutan estas presentaciones, así como los concursos de trovadores que se llenan de público.

Sobre la evolución de la trova, dijo que se ha “refinado” al ser una décima más de consonante, que de asonante. Explicó que la décima de antes era lo que muchos describen como “jíbara”.

Indicó que la trova es una música que se cantaba mucho en las parrandas navideñas por lo que la mayoría de las personas la asocian a la Navidad, pero esa no es la realidad.

La Escuela de Trova de Espinela de José Ángel Ortiz ofrece clases para niños que no conocen nada de trova como los que son contratados para presentaciones.

En el grupo que acude a estas clases también hay niños que se inclinan por otro género como el caso de la poesía negroide, lo que muy bien domina la pequeña Jaylian Vázquez Irizarry, quien ese día ensayaba para la presentación que tienen en las Fiestas de la SanSe.

Jaylian Vázquez Irizarry