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Pandemia y eventos naturales cambian perfil de la mujer en el sur

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Por Sandra Caquías Cruz

redaccion@esnoticiapr.com

 

PONCE – La pandemia, los huracanes y terremotos que afectaron el sur contribuyeron a que el perfil de la mujer que reside en esa zona sea distinto al descrito siete años atrás en el libro Mujer: cinco roles en la sociedad actual puertorriqueña, reconoció la doctora Ilia Rosario Nieves, decana del Colegio de Ciencias de la Conducta de la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico (PUCPR).

La información la confirman estadísticas gubernamentales que revelan que, entre los costeros pueblos de Patillas a Guánica, incluyendo Coamo, Villalba y Adjuntas, viven más mujeres que hombres, según data del Censo de los Estados Unidos. También son pueblos donde el Censo del 2020 reflejó una merma en la población.

¿Se están preparando académicamente esas mujeres? ¿Están en la fuerza laboral? Lo que sí confirman los datos del Censo es la merma en nacimientos.

En materia de educación universitaria, la PUCPR, el centro docente con mayor matrícula en el sur del país, informó que el 65% de su estudiantado son mujeres.

En ese porciento hay 2,801 mujeres que son residentes en 14 pueblos del sur o mejor descrito como una línea costera desde Patillas hasta Guánica, incluyendo los montañosos pueblos de Adjuntas, Coamo y Villalba.

Ponce, Juana Díaz y Yauco son los municipios del sur con mayor matrícula fémina en ese centro docente, revela la data de la PUCPR.

Aunque el Departamento del Trabajo no especificó sus datos por pueblo, confirmó que en diciembre de 2022 había 536,000 mujeres empleadas en todo el país, lo que representa 25,000 más que para la misma fecha en el 2021, momentos en que la pandemia del coronavirus tenía muchas personas trabajando desde sus hogares.

En la data del Departamento del Trabajo y Recursos Humanos (DTRH) llamó la atención que entre noviembre y diciembre de 2022 la cifra de empleadas subió alrededor de 15,000 mujeres de un mes a otro, mientras la de los hombres solo subió 9,000 empleados.

Ante ese panorama y los pocos datos que salen a la luz pública, es palpable que ha “habido un cambio en el perfil de la mujer desde el estudio que se hizo en el 2016”, afirmó Rosario Nieves.

Señaló que las decisiones y las labores que hace la mujer de hoy son distintas a la de antes de la pandemia o cambiaron para adaptarse a otro estilo de vida.

La pandemia mantuvo a la mujer en su vivienda y las llevó a enfrentar un cambio en lo que era su rutina.

Explicó que los encierros le aumentaron las tareas e incrementaron el estrés y tensiones en las mujeres, quienes adicional a cumplir el rol de sus respectivos empleos, tenían las tareas del hogar, los estudios de sus hijos y otros roles que las forzaron a redistribuir su tiempo.

“Todo eso generó ansiedad en la mujer, porque las mujeres querían cumplir con todos los roles a la vez”, señaló la decana antes de destacar que a eso se suma el alto por ciento de mujeres jefas de familias que enfrentaron esos retos solas con sus hijos.

El mayor agravante en la región sur fueron los terremotos. Muchas mujeres se quedaron solas con sus hijos, sin techo y tuvieron que convertirse en resilientes, sin olvidar que eran ellas las que menos ingresos recibían.

Algunas optaron por migrar a otros pueblos fuera de la región sur, en algunos casos en busca de apoyo familiar, o tomar un vuelo y salir del país. Las que se quedaron vieron como incremento su pobreza, según explicó.

“La mujer es la que ha llevado la peor parte en términos de más pobreza… continuamos hablando de los conceptos de feminización de la pobreza”, resaltó.

Rosario Nieves dijo que la merma en población, aunque sabes que ocurre en todo el país, está influenciada en una parte por factores de la economía y son las mujeres quienes se llevan la peor parte porque son las que reciben los salarios más bajos por las mismas labores que hacen los varones. “(Los salarios) no son equitativos al de los varones”, dijo.

¿Cómo el país puede trabajar con la situación?

“En primer lugar, tenemos que empezar por educar”, señaló antes de mencionar que se necesita integrar distintos sectores, la academia, las organizaciones sin fines de lucro para indagar en las necesidades que tiene la mujer y buscar soluciones.

Todo eso sin olvidar la necesidad de “levantar la voz a nivel de Legislatura” para que se atiendan situaciones que afectan a las mujeres, señaló.