Por Redacción Es Noticia
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Un numeroso grupo de dominicanas que residen en Puerto Rico recibieron un certificado de estudios que las formalizó como «cuidadoras» y que les permitirá acceder a trabajos remunerados asistiendo a personas de edad avanzada o con impedimento.
«Este es mi mejor regalo de Navidad», expresó entre lágrimas Josefina Sosa, quien hace 11 años reside en Puerto Rico. Era el primer diploma que Sosa recibía en su vida, esta vez del curso: Cuidados Básicos y Geriatría.
El curso fue ofrecido con un acuerdo entre el Instituto de Dominicanos en el Exterior (INDEX-PR) y el Recinto de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico.
En total 40 inmigrantes dominicanas recibieron certificados de graduación de manos del cónsul General de República Dominicana e Islas Vírgenes, Franklín Grullón y del director del INDEX- Puerto Rico, Adalberto Bejarán, en un acto celebrado en las oficinas de esa institución, en Santurce.
En Puerto Rico se estima que el 22.7% de la población está constituida por personas de 60 años o más y que alrededor de 286,000 personas tienen algún tipo de limitaciones.
En referencia a esa necesidad de atención, Bejarán señaló que las dominicanas ayudan a cientos de familias que necesitan apoyo cotidiano para el cuidado y bienestar de sus adultos mayores o personas con impedimento.
Las dominicanas gozan de gran aprecio entre las familias boricuas por los cuidados, la entrega y el cariño que les ofrecen a sus parientes».
Adalberto Bejarán – director de INDEX
«Como institución estamos también comprometidos a brindarles a estas dominicanas herramientas de capacitación que les provean más información y amplíen su potencial laboral», dijo el funcionario.
Informó que en Barrio Obrero y Villas Palmera pueden encontrarse los rostros de mujeres dominicanas que se convierten en imprescindibles en los hogares puertorriqueños.
«La familia te dice que si tu no estás no come, o no deja que lo bañen, que te menciona todo el día. Te extrañan cuando uno está libre y cuando uno llega y te ven la cara se les arregla el mundo», indicó con voz entrecortada, Josefina Sosa, nacida en San Francisco de Macorís.
Sostuvo que desde que llegó a suelo boricua trabaja cuidando a otros «porque somos las mujeres las que cuidamos. Aunque hay hombres también, nosotras somos mayoría».
«Este es un oficio sacrificado pero que te da alegría. Ayudar a otra persona, ser su guía, ser su confianza, apoyarlo para que siga adelante te llena el corazón …No hay dinero que lo pague», expresó.
Dos hombres puertorriqueños también se beneficiaron del curso impartido por el INDEX. Reynaldo García, residente en el pueblo de Naranjito y cuidador de su madre de 82 años a quien le faltan ambas piernas, y Juan Benítez, quien también es cuidador de su madre envejeciente.
La santiaguera María Vásquez se graduó con nostalgia debido a la muerte reciente de su compañero dominicano, Sixto Zamora, con quien emigró a Puerto Rico.
«Con él vine para acá. Él fue quien me animó a hacer el curso y no pudo verlo», refirió sobre su esposo recién fallecido en un accidente.

El cónsul Franklín Grullón y el director del INDEX-PR, Adalberto Bejarán, hacen entrega de un certificado de graduación. Foto suministrada.