Por Sandra Caquías Cruz
Fotos y vídeo: Tony Zayas
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PONCE – La comunidad Verdum la integran una veintena de casas que una vez pertenecieron a los trabajadores de la caña y que el hacendado les entregó a sus obreros en la primera mitad del pasado siglo.
Los residentes en Verdum, comunidad a 20 minutos del centro urbano ponceño, nunca han recibido agua potable de la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados (AAA). Dependen de que los camiones cisternas que el municipio envía una vez a la semana.
Un lago que se utilizaba para nutrir los canales de riegos de los sembradíos de caña está a la entrada del vecindario. Los que viven más cerca del lago se las han ingeniado para colocar tubería y llevar agua a sus casas, la que solo utilizan para realizar tareas domésticas.
La AAA informó que no les consta en sus expedientes una petición para que esa comunidad sea conectada al sistema por lo que los orientaron a iniciar el proceso. “Ni siquiera tenemos una solicitud de que ellos están interesados”, dijo Bruce León, subdirector regional de la AAA.
El residente Felipe Irizarry Rodríguez explicó que, en tres ocasiones, que recuerda, personal de la AAA los visitó como parte de las gestiones para conectarlos al sistema, y que incluso, Juan Agosto Alicea, estuvo en esa comunidad, pero nunca concretaron la promesa.
“Mira si hace años de eso… machete le dieron a todo eso”, comentó antes de señalar que desde donde estaba la toma hasta la comunidad hay menos de una milla.
“A veces estamos dos y tres semanas sin (que el municipio le lleve) agua… hacemos lo que podemos con la poquita agua que conseguimos”, expresó Irizarry Rodríguez mientras señalaba sus cisternas y una decena de embaces en los que almacena el agua frente su casa.
“Cuando se me acaba el agua, yo tengo que ir al lago a buscar agua, en un carrito de compra. Ahí monto dos purrones de esos… es difícil”, lamentó.
Otro de los residentes es Adam R. Nuñez Alicea. “Nosotros dependemos del municipio que nos trae agua. Cuando afloja (se va terminando la reserva) sería bueno tener agua como las demás personas. Si ya tenemos buzón, y ya hay brea y tendido eléctrico, se sobre entiende que lo primordial es el agua, por lo niños y las personas mayores. Esperamos en Dios que alguien se apiade. Estamos dispuesto a pagar”.
Juanita Rodríguez Rodríguez, paciente de cáncer, dijo que en su casa viven tres personas y tiene que estar buscando el agua en casas de familiares a la espera de que el municipio envíe el camión cisterna. “Todos necesitamos agua”, dijo la mujer, quien también es paciente renal. Explicó que en ocasiones utilizan agua del lago para bajar los baños y otras tareas domésticas.
Verdum es una de las comunidades más ocultas de Ponce. Los residentes de Verdum no son dueños de esos terrenos.
En la única entrada a la comunidad construyeron una exclusiva entrada para la urbanización Mansiones. Hay que cruzar la entrada de las lujosas residencias para llegar a Verdum.
Oculta entre arbustos, al final de la entrada a Mansiones, hay una deteriorada vía que conduce hasta las casas de madera de Verdum. Algunas de las estructuras están siendo reconstruidas en hormigón porque el huracán María las derrumbó. “De Verdum nadie se acuerda”, aseguró Virgilio Alvarado Santiago, portavoz de los residentes.
Explicó que la comunidad tiene servicio de la Autoridad de Energía Eléctrica y del sistema de correo federal, pero del agua se olvidaron.
Es Noticia visitó la comunidad y la denuncia de los residentes fue que el camión cisterna del municipio llevaba dos semanas que nos los visitaba por supuestos desperfectos mecánicos.
La alcaldesa María Meléndez Altieri visitó la comunidad días después del paso del huracán María, en 2017, recordaron los residentes, quienes dijeron desconocer que gestión realiza el municipio para ayudarlos a conectarse a la AAA.
Explicaron que fue el fenecido alcalde Rafael Cordero Santiago, quien hizo gestiones por esa comunidad al advertirle al desarrollador de la urbanización Mansiones, que si no le construía una carretera para que esos residentes salieran de sus viviendas no le daría permiso para cerrar la exclusiva urbanización cuyas viviendas tienen un precio que ronda el medio millón de dólares. El municipio firmó un Convenio en el 1999 a esos efectos, copia del cual entregaron a Es Noticia.
“Esto supuestamente era de la Sucesión J. Serrallés y eso es de Israel Kopel Amster (terrenos en los que se construyó Mansiones)”, señaló Alvarado Santiago.
La urbanización Mansiones construyó tres entradas, pero la principal de ellas no la pueden cerrar hasta que no construyan la carretera que los residentes de Verdum usarían para tener libre acceso a la PR-14.
Los residentes de Verdum explicaron que hubo planes y planos para construir dicha carretera, pero el proyecto requería la inversión de $250,000 y los que habían comprado casas en Mansiones rechazaron pagar ese costo.
Mientras, la comunidad logró hace unos años que el servicio postal colocara un buzón a la entrada del vecindario. Lo que no han logrado es que la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE) arregle o cambie los postes del tendido eléctrico que el huracán María dobló. Las viviendas tienen servicio de la AEE, pero en las calles todo es oscuro.
“La iluminación brilla por su ausencia. Esto aquí, de noche, es como boca de lobo… hace falta ese alumbrado porque aquí ni los guardias municipales vienen”, destacó Alvarado Santiago.