Por Sara R. Marrero Cabán
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ARROYO – “Está bien fatal la economía. Demasiado”. La comerciante arroyana -cuya identidad no reveló- palpó de primera mano la flaquencia del desarrollo económico de su pueblo natal. En 39 años, la venta de sus productos agrícolas ha mermado más y más, pintando un futuro incierto para su comercio.
El casco urbano tiene poco movimiento económico, al igual que el resto del pueblo. La mayoría de los residentes acuden a municipios aledaños tanto para sus compras diarias, como para laborar. Y, justamente detrás de El Malecón que pretende atraer turistas locales e internacionales, varios edificios abandonados y en pobre estado llenan las calles del casco urbano.
Según el alcalde Eric Bachier Román, los eventos que caracterizaron los años recientes -como el embate del huracán María en el 2017, la retención de cerca de $800,000 del Fondo de Equiparación y la pandemia del coronavirus- resultaron ser escollos para el desarrollo económico de Arroyo, dificultando- y casi imposibilitando- su progreso.
“No se ha podido desarrollar el pueblo en términos económicos como esperábamos”, lamentó Bachier Román al rememorar que las metas trazadas que tenía cuando asumió la poltrona municipal en el 2013 están difíciles por completar.
Inversionistas “injustos”
Al momento, “el pulmón” de la economía arroyana es la empresa de tecnología médica Stryker, la cual desarrolla equipo quirúrgico. Es en esta empresa- establecida en el municipio hace varias décadas- que mantiene viva la empleomanía de cerca de 1,000 residentes.
Tanto es el impacto que Bachier Román conversó con la gerencia para implementar un programa educativo para orientar a estudiantes de escuela superior. Así, el Alcalde espera despertar en los jóvenes el interés de incorporarse a la empresa.
Más allá de Stryker, Arroyo parece ser poco atractivo para nuevos inversionistas, reconoció el Alcalde. Y, aquellos que se allegan a Arroyo con planes de inversión, evitan “compartir riesgos” en la adquisición de propiedades municipales.
El Alcalde relató que estos inversionistas, acostumbrados de recibir cuantiosas ayudas del Banco de Desarrollo de Puerto Rico (BDE), no se han acoplado a la escasez de ayuda económica. Por ende, están indispuestos en invertir mayor capital en la renta de propiedades municipales. El Alcalde catalogó su pobre cooperación como “injusto”.
“En la necesidad que tenemos de ser atractivos hemos buscado la manera de ofrecerle las propiedades que tiene el municipio a una negociación que sea justa. Hay un riesgo que queremos compartir, pero tampoco es ser injusto o poner en riesgo la totalidad de las propiedades del municipio. Cuando llega el inversionista, quiere tratar de exprimir los recursos que tenemos como gobierno y que sea mínima la inversión privada”, comentó al reconocer que desconoce porqué más personas se olvidan de Arroyo como opción viable.
“Tal vez nosotros no le somos atractivos en la totalidad, tratándonos yo creo un tanto injusto. No podemos regalar lo que tenemos en propiedad y de gobierno, porque- realmente- ¿qué vamos a hacer? Yo no puedo estar aquí velando el bienestar o el beneficio de un privado. Tengo que velar el bienestar de mi municipio y tengo que estar bien pendiente y ser responsable”, dijo.
¿Qué se vayan a Guayama?
Reconociendo la precariedad económica, Bachier Román adelantó que entablará conversaciones con gerentes de industrias guayamesas para que orienten a jóvenes arroyanos y, una vez culminen la escuela superior, laboren en empresas del pueblo vecino.
“No deja de ser cierto (que) el pueblo de mayor desarrollo laboral es Guayama. Si el empleo está en Guayama, lamentablemente es la alternativa que se pueda crear. Si no tenemos nada en Arroyo que te pueda ser atractivo, buscamos alternativas en pueblos aledaños”, manifestó.
Acató que la migración es la primera opción de los recién graduados, tal como confirmó el Censo 2020. Por lo tanto, dijo que prefiere que migren a un municipio cercano antes de los Estados Unidos.
“De cierta manera, todos estos pueblos que tenemos aquí (son) como si fuesen uno. Esta región aquí nos caracteriza, porque somos conocidos y tenemos este rango de familiaridad. Yo soy arroyano, pero realmente siento por Guayama, siento por Patillas y tendemos a darnos la mano en lo que sea necesario”, aseguró.
En la década del 2010 a 2020, la población de jóvenes menores de 18 años mermó por 2,378, ya que a principios de la década vivían 5,253 y en el 2020 unos 2,875, reportó el Censo 2020. Mientras, la reducción de adultos mayores de 18 años de edad era de 1,354 (14,322 residentes en el 2010 y 12,968 en el 2020).
Comerciantes desanimados
La pandemia, los estragos de los fenómenos atmosféricos y el poco movimiento económico que por años ha marcado al pueblo tuvo un efecto oneroso en los pequeños y medianos comerciantes, afirmó el Alcalde. Son estos factores que agotaron los ánimos de los comerciantes. “Se han desmoralizado, han perdido el deseo de continuar por las dificultades que han tenido”, dijo.
Por esto, buscará brindar “tal vez algún recurso económico” de fondos que reciba por la pandemia y planifica que se ofrezcan talleres para así motivarlos. La Oficina de la Contralora reveló que las patentes municipales para el año fiscal de 2020 a 2021 sumaron a $1,131,234.
JCF golpea las arcas
La reducción del Fondo de Equiparación de $132 millones a $88 millones para los municipios por la Junta de Supervisión Fiscal impactó severamente a Arroyo, ya que se tradujo en una retención de cerca de $800,000. “Al ser un pueblo pequeño como Arroyo, $800,000 significa mucho dinero y, realmente, tuvimos que hacer unos ajustes”, expresó Bachier Román.
La Contralora precisó que, para el año fiscal corriente, el municipio opera con un presupuesto aprobado de $9,030,802. Este total es $549,185 menos del presupuesto anterior.
Mientras, el déficit acumulado es de $1,747,864. La nómina de la administración municipal es de $4,939,521 y el sueldo del Alcalde es de $6,000 mensuales.
“Las proyecciones que hemos tenido para mitigar el déficit o tener mejores operaciones se ven afectadas, porque hay que volver a crear un nuevo presupuesto. Se tarda más lo que puede ser la recuperación del déficit o las proyecciones que tengamos”, explicó.
Los ajustes al presupuesto incluyeron descartar las actividades culturales y reducirle a los cerca de 300 empleados municipales una hora laboral.
Esta reciente reducción de jornada laboral provocó molestia en un grupo de trabajadores quienes sugirieron despedir a empleados regulares en lugar de reducir la jornada laboral de cada empleado.
Jesús Anguita, coordinador del sindicato que representa a los empleados municipales- ProSol-, catalogó de “arbitraria” la decisión. Adujo, además, que la decisión del Alcalde “no sigue los procedimientos” y que aún con la reducción de jornada «impuesta” siguen dando contratos, se recluta personal transitorio y hacen compra excesiva de equipo.
“No tuvimos otra opción”, aseveró el Alcalde. “Era injusto tener que despedir a un grupo y quedarme con otro que, muchas veces, no está dispuesta a dar la milla extra”, indicó.
Apostando al turismo
Para Bachier Román, la rica historia y la costa de Arroyo son recursos no explotados, por lo que ve en ellos el futuro de su municipio.
Es por esto que con $7 millones de los cerca de $9.3 millones aprobados del Programa de Revitalización de la Ciudad del Departamento de la Vivienda se construirá una Posada en el área de El Malecón. La estadía que se proyecta será de 28 a 32 habitaciones.
Con los fondos restantes, el municipio adquirirá edificios abandonados en el casco urbano y planifica establecer un Centro de Manejo de Emergencias Municipal.
El año pasado, el municipio comenzó a administrar el Balneario Punto Guilarte. Sin embargo, el área de las cabañas amerita rehabilitación por los daños que dejó el huracán María. “Tenemos una zona costera que está totalmente virgen, que podemos pensar que no es solamente para bañar, sino para desarrollar complejos hoteleros, residencias de interés social o de interés al turista”, resaltó.