Por Ana Delma Ramírez
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Donal Trump adviene a la Casa Blanca en Washington D.C. como el presidente número 47 de los Estados Unidos.
El cargo que asume por segunda y última vez, ya que la enmienda número 22 de la Constitución estadounidense establece que “ninguna persona podrá ser elegida más de dos veces como presidente”.
Los actos de juramentación y toma de posesión del mandatario, este lunes 20 de enero de 2025 en la capital federal, abren una etapa en la historia de ese país objeto de análisis, reacciones, satisfacciones para algunos sectores y preocupación para otros.
Los temas de inmigración, energía y aranceles son temas que el presidente Trump ha utilizado como su “caballo de Troya” a ser impulsados desde el día uno de su presidencia.
La prensa estadounidense presta atención a las anunciadas acciones de Trump diseñadas “para reformular la política gubernamental a la espera de una demostración dramática de fuerza destinada a marcar el tono, para los próximos años”.
Medios de comunicación locales e internacionales recogen expresiones del revalidado Presidente de Estados Unidos indicando que sus primeras acciones “desde el día uno en la Oficina Oval” será la realización de redadas de deportaciones, así como los indultos a confinados por la incursión al Capitolio en 6 de enero de 2021.
El Papa Francisco se expresó, mediante entrevista en la televisión italiana, “Che tempo che fa” donde le solicitaron su opinión sobre las anunciadas medidas de Donald Trump respecto a los indocumentados: “Es una desgracia hacer pagar la cuenta a los desgraciados que no tienen nada. Así no se resuelven las cosas”, respondió.
La política del presidente republicano Donald Trump es catalogada por expertos en temas políticos de expansionista; por insistir en adquirir a Groenlandia, ofrecer a Canadá que se convierta en un estado de los Estados Unidos, proponer cambiar el nombre del Golfo de México por Golfo de América.
El tema de los aranceles es ampliamente analizado, Trump ha indicado que tanto Canadá como México y extendido a otros países tendrán que pagar un alto porcentaje de impuestos, para adquirir productos estadounidenses.
