Por Sandra Caquías Cruz
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VILLALBA – Cientos de rosas rosa acompañan los restos de la primera dama de Villalba, Glendaliz Soto Vega, cuyo féretro está expuesto en el Centro de Bellas Artes Adrián Rosado Guzmán, en este municipio.
El ataúd bronceado está cubierto por un enorme arreglo de rosas y flores que apenas permite distinguirlo. El cadáver no sería expuesto.
La foto de una sonriente Glendaliz sobresale entre las rosas que cubren su ataúd. El rosa y el blanco, los colores preferidos de la difunta, dominaban la escena.
La familia pidió a los presentes que, si podían, vistieran esos colores para despedirse de ella.
El sepelio será este martes en el cementerio municipal de Villalba. Antes, el obispo emérito Félix Lázaro realizará una misa exequial en la iglesia Nuestra Señora del Carmen, frente a la plaza pública de Villalba.
Decenas de personas acuden al velatorio
El alcalde de Villalba, Luis Javier Hernández, se mantenía al lado del féretro, donde recibía las decenas de personas que llegaron a dar sus condolencias y unirse en el dolor. Llegaron alcaldesas y alcaldes, jefes de agencias y la gobernadora Wanda Vázquez.
Glendaliz, de 39 años y terapista del habla de profesión, dejó huérfanas dos niñas: Isabel Sofia y Victoria Sofia, de 10 y 8 años respectivamente.
La familia de Glendaliz prefirió no hablar con la prensa. Tampoco lo hizo el alcalde. Las dos niñas del matrimonio Hernández Soto caminaban por el lugar.
Mientras, diferentes grupos, iniciando con los empleados municipales, realizaban guardias de honor frente al ataúd. Un grupo musical cantó en varias ocasiones.
La Primera Dama de Villalba, oriunda de Juana Díaz, murió el pasado viernes 15 de noviembre a causa de leucemia, una enfermedad que le fue diagnosticada en octubre de 2018 y para la que recibió quimioterapia.
El momento de un trasplante de médula ósea se acercaba cuando una quimioterapia, en preludio al tratamiento, le deterioró la salud hasta que falleció.
