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Retirados viven en precariedad: una lucha continua para estirar sus pensiones

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Por Redacción Es Noticia

redaccion@esnoticiapr.com

 

Lejos del retiro ser un tiempo de descanso y de recoger frutos de toda una vida dedicada al trabajo, un estudio reafirmó que la jubilación en la Isla representa una etapa de precariedad y lucha continua en busca de que el dinero de las pensiones alcance hasta fin de mes, y aun con ajustes en las necesidades básicas, crea tristeza y ansiedad.

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Un acercamiento a la situación de las personas retiradas en Puerto Rico es el estudio realizado por el Observatorio de Sociedad, Gobernanza y Políticas Públicas de la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico (PUCPR) con el objetivo de conocer el perfil socioeconómico y las percepciones de las personas jubiladas.

Esta investigación da seguimiento a un trabajo desarrollado en 2012 por el doctor Hernán Vera Rodríguez, director del Observatorio, sobre los retirados en las zonas sur y oeste de Puerto Rico.

El estudio actual fue liderado por el doctor Vera, quien trabajó junto a la doctora Jennifer Castellanos-Barreto. Además, contó con el apoyo de la Alianza para la Salud del Pensionado, la Asociación de Pensionados del Gobierno de Puerto Rico y la Asociación Americana de Personas Retiradas (AARP), capítulo de Puerto Rico, que ayudaron en la recopilación de datos.

Según Vera, “los resultados del estudio refuerzan nuestros hallazgos de 2012 que, para la mayor parte de los encuestados, el retiro no es una época de júbilo y descanso, sino más bien una continua lucha por que el dinero les alcance para cubrir sus necesidades básicas. De hecho, uno de los hallazgos principales del estudio es que un segmento de los retirados ha tenido que continuar laborando para poder encarar los gastos de su vida diaria”.

“Esta investigación nos brinda un panorama más claro sobre la situación social, económica y anímica, de las personas retiradas en el país en momentos en que el segmento de mayor crecimiento poblacional en la Isla son los adultos mayores. Esto resulta particularmente importante ante las reformas que han ocurrido y otras que todavía se gestan en los diversos sistemas de jubilación en el país. La investigación cuenta con una muestra amplia de 1,604 personas retiradas y analiza también los ajustes que han tenido que hacer las personas retiradas en su vida diaria, el sentimiento de soledad, su intención de volver a trabajar y la percepción de los retirados frente el rol del gobierno”, agregó el doctor Vera.

Por su parte, la doctora Castellanos Barreto destacó que el estudio generó mucho interés en la población, siendo una de las investigaciones empíricas más rápidas realizadas por el Observatorio. “Entre marzo y mayo de 2023, aproximadamente en dos meses y medio, llamamos el interés de más de cuatro mil personas en la plataforma online. En este sentido, el proceso del estudio fue más rápido de lo esperado, gracias a la aceptación y a la participación de las personas jubiladas. Entendemos que la aceptación del proyecto es un reflejo de la necesidad que tienen las personas por contar la situación económica y anímica por la que atraviesan en estos momentos”, señaló.

Entre los datos sobresalientes de la investigación resalta que un 75 por ciento de las personas retiradas son mujeres y la edad promedio de los participantes es 66 años. La gran mayoría (85 por ciento) tiene ingresos que van de los 100 a los $2,499 al mes, y un 75 por ciento de los encuestados dice haber hecho ajustes en sus gastos básicos que incluye una dramática reducción en sus actividades de ocio, como salidas de entretenimiento”.

“Un gran segmento de los retirados encuestados vive en una situación precaria y un 84 por ciento entiende que la situación económica del país ha afectado sus finanzas. Pero más allá de eso, una cuarta parte de los participantes ha visto empeorar su situación económica tras la pandemia, y un amplio segmento de los encuestados asegura sentir soledad, tristeza y perciben poco apoyo social. El retiro en Puerto Rico no es una época de júbilo, es un tiempo en el cual se acentúa la pobreza, especialmente entre la población femenina.”, explicó el doctor Vera.

Según el director del Observatorio, la situación de precariedad económica durante el retiro es de tal magnitud que el 73 por ciento aseguró haber hecho ajustes comprando alimentos más baratos para rendir el dinero y el 53 por ciento asegura que los altos costos de la salud afectan su calidad de vida. Una tercera parte de los participantes indicó no tener ahorros y aunque un 66 por ciento dijo tener dinero guardado, ese grupo aseguró que esos ahorros no les alcanzarían para vivir más de un año. El ingreso de las personas retiradas proviene mayormente del Seguro Social y de sus pensiones, y casi la mitad (47 por ciento) ha pensado en regresar a trabajar. destacó el investigador.

Entre las conclusiones más relevantes del estudio se destaca que el 56.3 por ciento asegura que el dinero que reciben no les permite vivir cómodamente y el 60 por ciento asegura que no confía en que el gobierno les hará justicia a los retirados. La mayoría de las personas retiradas aseguran que su vida era más cómoda antes de la jubilación y que dejar el mundo laboral ha creado estrechez económica que ha estado acompañada por tristeza y preocupación en una época de vulnerabilidad por ser adultos mayores.

En torno a las recomendaciones que hacen los investigadores, el doctor Vera indicó, “Desde las políticas públicas, se propone una revisión continua de las pensiones de los retirados puertorriqueños, así como posibles beneficios contributivos para aquellos pensionados que laboren luego de su jubilación, pues se entiende que ya han aportado significativamente al país durante sus vidas.  Asimismo, deben ampliarse las oportunidades de ocio gratuitas o a bajo costo disponibles para los retirados, lo cual pudiera ayudar a mejorar su salud física y a disminuir sus niveles de tristeza y soledad social”.